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|4:08 am|

Hace 12 días que había llegado a casa de Bakugou, las pesadillas no se habían presentado en ese tiempo pero esta vez estaba teniendo el peor sueño que había tenido nunca.

Dentro del sueño su padre lo perseguía por las calles con un cuchillo en manos, él sólo corría y corría junto con el pequeño Toshio, sin embargo; el pequeño tropezó con su bufanda y su padre pudo alcanzarlo, segundos después el pequeño Midoriya estaba siendo mutilado, él sólo gritaba desesperadamente, aquellos desgarradores gritos pidiéndo que lo ayudara pero él no podía moverse, sólo se quedó parado en shock viendo como su padre asesinaba al pequeño.
De un momento a otro no era su padre quien asesinaba al pequeño sino él, pudo ver sus manos llenas de sangre ajena y en el lugar donde se encontraba él antes, se encontraba su hermana mirándolo aterrada y su padre con una mirada extraña que no logró descifrar.

Trató de acercarse a su hermana pero esta retrocedió, gritando que se alejara.
Intentó decir que no había sido él, que era un error; pero una silueta se acercó pegando un grito de horror, se trataba ni más ni menos que su madre.

-¡IZUKU! ¿¡QUÉ HAS HECHO?! ¡ERES UN MONSTRUO!-gritaba horrorizada con lágrimas cayendo por su rostro-.

-Mamá, no. Te juro que no fui yo, ¡Tienes que creerme! ¡MAMÁ!-Gritó lleno de desesperación llorando a más no poder-.

-¡MAMÁ!-Gritó para después darse cuenta de que había sido un sueño, se sentó en la cama y abrazó sus piernas con ambos brazos, dejando caer lágrimas sobre estos-

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-¡MAMÁ!-Gritó para después darse cuenta de que había sido un sueño, se sentó en la cama y abrazó sus piernas con ambos brazos, dejando caer lágrimas sobre estos-.

El rubio se alarmó al escuchar tal grito y el llanto proveniente de la habitación del ojiverde, rápidamente se paró a revisar qué había pasado.

-¡¿Qué mierdas pasó?!-dijo empujando la puerta con fuerza para ver como el de cabellos largos y verdes, lloraba con más intensidad-ya estoy aquí, ¡¿estás bien?! ¿qué fue lo que pasó? ¡Peste, responde!- exclamaba confundido ante la reacción del verde-quizá y entró un ladrón-pensaba-.

El peliverde alzó su vista hacia el rostro del pelicenizo pero su cara era la de Sero Hanta, su exnovio.
¿Que si era la persona que lo hundió en las drogas? Sí, pero también fue la persona que lo hizo sentir vivo de verdad, sentir que la vida tenía sentido por un momento.

-Te perdono, Sero-después de decir eso se abalanzó sobre sus labios, creando un profundo beso, mezclado de lágrimas saladas pero sobretodo de emociones, sin saber que en realidad su mente le estaba haciendo una mala jugada-.

Por otro lado, el rubio se quedó petrificado por un momento ¿de verdad estaba besándolo? No tendría nada de malo seguir el beso, ¿cierto?
Hace unos días que está sintiéndose extraño con el ojiverde y no desaprovecharía el momento para descubrir su sentir.
Así que cedió y comenzó a besarlo con fiereza, colocando sus manos en sus mejillas para profundizar aún más el beso.
Estuvo así un rato hasta que cayó en cuenta de lo que había dicho.

Sea quien sea, sálveme por favor. [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora