Jongho no a tenido la mejor suerte en su vida. Gracias a Hongjoong y a Seonghwa, logró sobrellevar y volver a armar el mundo que se le vino a abajo.
Tal vez vivir con Mingi no sea tan malo. Tal vez lo ayude con sus inseguridades y sea la respuesta d...
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Mis ojos seguían cerrados, pero me encontraba bastante consciente, ah, y con un gran dolor de cabeza. Pensaba que gracias al alcohol, olvidaría todo y sólo sería un recuerdo borroso. Pero no fue así.
Recordaba absolutamente todo; cómo comenzamos a tomar cerveza, y soju, hasta quedar casi en la inconsciencia.
Recuerdo que comencé a hablar sobre MinGi, y que cuándo llegó, me comporté algo meloso y, ¿cariñoso? No lo sé, pero siempre me comporto así cuándo bebo, lo había olvidado completamente.
Lo último que vino a mi mente, fue que corrí al baño para vomitar, ensuciando un poco mi camiseta, que, gracias a las palabras de MinGi, ahora tengo una limpia.
Aún recuerdo todo lo que lloré, de echo, sólo pensar el echo de qué me vió así, me hacía sentir peor. Aún "Dormido" algunas lágrimas comenzaron a caer, y mis labios comenzaron a temblar.
Abrí mis ojos, y noté que estaba sólo en aquella cama. Me acomodé, mirando al techo, mientras tenía mi brazos tapando mis ojos.
—¿JongHo? Pequeño no llores. —escuché la voz de MinGi.
Sentí que la cama se movió un poco, por lo que quité mi brazo y lo ví; tenía un vaso con agua, y en su otra mano, tenía un pequeño frasco, que contenía, al parecer, algo para la resaca.
Me senté y limpié mis lágrimas, mientras que él dejaba ambas cosas encima de la pequeña mesita de noche que había.
Lo pensó un poco, pero luego asintió. —Está bien, pero si quieres contarme, sabes que puedes hacerlo. —asentí, sonriendo. —Tómate esto, te hará bien para la resaca. —me entregó el pequeño frasco, mientras tenía el vaso de agua en su otra mano.
—¿Por qué tienes agua? —pregunté, mientras abría aquella botellita de vidrio.
En cuánto el líquido estuvo en mi boca, sentí un sabor amargo, fácilmente lo podría vomitar. Me tapé la nariz, y lo tragué, lo mismo hice con el resto.
Rápidamente me entregó el agua, sólo debía esperar un poco, y abría obtenido la respuesta sin preguntar. Dios, esa cosa es asquerosa, no volveré a tomar jamás.
Bueno, de todas maneras, volveré a tomar, no sé para que lo digo si no lo voy a terminar cumpliendo. Cosas que pasan.
—Min, perdón por lo de anoche. Por todo lo que pasó. —bajé la cabeza avergonzado.
—Jongie, no hay problema. —levanté la cabeza y lo vi sonreír. —Eres muy tierno cuándo tomas, ¿Lo sabes?
—No digas eso... me da vergüenza.
—¿Por qué? Si te hace sentir mejor, cuándo bebo, canto y luego me desmayo. —susurró, pero lo suficientemente fuerte para que escuchara. —Una vez, me desperté en Busan.
