d o c e

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Advertencias: Vocabulario explícito/grosero, menciones de relaciones. Capítulo largo.






Bakugō no era alguien que se supiera callar. Mucho menos alguien que podía guardarse lo que pensaba y quería. Fue demasiado sencillo ver a Todoroki solo en aquella barra, tomando lo que parecía ser una piña colada y sin dudarlo acercarse. De todos modos, algo le decía que el bicolor estaría solo unas dos horas más si no fuera por la iniciativa del rubio.

Katsuki se acercó a la barra, tomó justamente la silla de un lado y se sentó. Dejó caer su espalda en el respaldo y sin ningún tipo de vergüenza comenzó a mirar a Todoroki de una manera intensa.

El bicolor no estaba ebrio o al menos no tanto como para no notar la intensa y penetrante mirada que tenía sobre sí. Podía sentir su perfil arder aunque intentara ignorar dicha presencia y centrarse en su fría bebida que ya tenía tiempo escurriendo. Giró su cabeza solo para encontrarse con ojos de un llamativo rubí, una penetrante mirada que parecía carcomerle la cabeza, llena de diversión, malicia y algo que no sabía explicar que era pero, característico de las potentes miradas de Bakugō. Si le permitían agregar, había notado no hace mucho, que en su reuniones el rubio tenía el extraño pasatiempo de mirarlo fijamente y casi siempre, lograban ponerle nervioso e incómodo.

Fue entonces cuando Todoroki realmente deseó que Bakugō dejara de mirarlo. Prefería verlo como un perro rabioso, cuando este mismo gritaba alguna vulgaridad, se enojaba o simplemente era violento con su alrededor. Sin duda eso era mejor que verle tranquilo y con una mirada que parecía comerse todo el lugar. Harto de la situación, empujó su bebida hacía enfrente aún sosteniendo la mirada del rubio.

—¿Qué deseas, Bakugō?— Soltó por fin sintiendo la irritación viajar por todo su cuerpo.

Lo que menos se esperaba fue la sonrisa divertida del rubio, probablemente causada por el mal humor de Todoroki.

—¿Qué de qué?— preguntó el rubio relajando su expresión y ganándose al mismo tiempo un ceño fruncido por parte del bicolor. Lo cual fue curioso tomando en cuenta que usualmente el que tenía el ceño fruncido era él.

— La mirada.

—¿Qué mirada, Mitad-Mitad?

— Con la que me estás mirando ahora mismo y con la que me miraste cinco minutos atrás. — su irritada voz hizo presencia y sonaba fastidiado. No era que odiara la compañía de Bakugō o que un simple silencio le molestara, el problema era esa mirada. Mirada que por supuesto no podía entender del todo y que lo confundía de una manera estúpida.

— Te diré que estaba pensando solo porque tu culo ya huele a qué te estás irritando. ¿Te gustaría saberlo, halfy?

—Por algo pregunté.— Intentó relajarse y cambiar su tono de voz a uno más indiferente. Cómo el que solía usar mayormente todos los días.

Todoroki pudo observar como la expresión de Bakugō se desfiguró a una sonrisa y ojos traviesos. Era un estúpido si creía que le iba a mostrar como le ponía nervioso una simple mirada. Pero conociendo el humor de Bakugō, esas sonrisas nunca significaban nada bueno, nunca. Usualmente esas sonrisas se las dedicaba a los villanos con los que luchaba y casi siempre significaban un: "Te voy a patear el culo" o "Te voy a masacrar de tal manera que lo que le daré a la policía serán tus huesos". Definitivamente no quiere una de esas sonrisas macabras dedicadas hacía él.

—Estaba pensando cómo sería follarte.

Si bien el lugar está a lleno de gente y no había nadie que los conociera (Salvo Deku que fue a saludar a viejas amistades y el grupo de Bakugō que parecían estar en la pista de baile), no pudo evitar girar la cabeza con nerviosismo y dedicarle una mirada de confusión a su acompañante.

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⏰ Última actualización: Jul 20, 2023 ⏰

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