Sin importar la identidad del remitente de cada una de esas cartas, con una sonrisa debajo de su cubrebocas las leía, pues cada palabra mostraba la gran admiración que aquella mujer desconocida le tenia. Esperaba algún día encontrarse con la escrito...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En el almuerzo no estuve presente, por tratar de ponerme en práctica en la puntería del francotirador. No soy fan del francotirador, pero me establecieron este puesto obligatoriamente para una misión que tengo en dos días. Hubiera preferido cargar con una AK117, no me creas una persona loca, pero aún busco cual es tu arma preferida, lo sé suena extraño, pero una persona fantástica como tú, tiene su arma favorita, ¿Quíen no tiene una arma favorita? No conozco a alguien que no lo tenga.
Me gustaría expresar... De como me gustaría poder entrenar contigo, así ya no me importaría si fuera un entrenamiento de camuflaje como el francotirador, o usar armas de cuerpo a cuerpo, ¡eso no importaría! Yo presiento que a lado tuyo las cosas se ponen fascinantes e interesantes. La opción de cuerpo a cuerpo sería divertido, seguramente daría zarpazos a lo tonto. Debo admitir que si no estuviera como lo estoy ahora, en el momento que estés leyendo esta carta, estaría hablando contigo cara a cara. Lastimosamente el destino no me dejara hacerlo. Ni con ninguna otra persona... Que tengas un buen día, y recuerda comer bien, un buen soldado merece tener el estómago lleno.
Ghost.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ghost se dejó llevar por su imaginación al pensar en momentos divertidos de los dos, que ella de seguro también lo imaginó cuando escribió la cuarta carta. De nuevo sintió pena por varios motivos, pero más por no haber tomado desayuno y que hasta quizás no desayune el día siguiente por estar entrenando en el francotirador para su nueva misión que sucederá en dos días.
Su deducción era cierta sin error. Ella muy probablemente es muda y no pueda hablar con nadie. Lo supone por lo que a leído de la carta anterior y la actual. Que no hablara era lo que menos le importaba, conocerla le daría el mayor gusto, no sabía nada de como es físicamente para reconocerla, ya que la base militar era bastante grande y con miles y miles de integrantes. Se sintió mal al no poder hacer algo al respecto. Abrió el casillero y guardó con cuidado la carta. Se tomó un momento para pensar, y se le ocurrió una pequeña idea que quizás le pueda ayudar un poco a la misteriosa dama.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
