CELOS, CELOS Y MÁS CELOS

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Los tres nos levantamos de nuestros asientos y comenzamos nuestro camino hacia el despacho donde nos espera Conway. Como ninguno de los tres sabe llegar, Viktor nos acompaña de manera que vamos casi en fila india con mi hermano en cabeza, seguido de Horacio, Gustabo y en el final yo. 

Mientras vamos de camino cruzamos por una salita de interrogación que de curiosa que soy miro por la ventanita que hay viendo ese cabello que reconocería incluso con los ojos cerrados y sin luz. Alejandra, la psicóloga del cuerpo y la que fue mi pareja hace ya unos años, ahogo un gritito que yo pensaba que había sido inaudible para nadie, pero llama la atención de el de ojos azules. 

Este se gira algo alarmado y se me queda mirando unos segundos que se me hacen completamente eternos. Su pupila casi invisible hace que su color azul se intensifique y carraspeo antes de hablar.

- ¡Ey! ¿Estás bien?- Digo mientras chasqueo los dedos delante de su nariz.

Él sale del trance en el que había entrado dándose cuenta de que nos hemos quedado los dos parados en medio de un pasillo. 

- Lo siento, es que me había parecido oír un grito y por lo agudo que ha sido seguro que ha sido tuyo. Porque Horacio no grita tan bajito y dudo que el ruso corazón de piedra tenga ese gritito.

Me asombro por su comentario y me entra curiosidad de saber como grita Horacio. Pero lo que más me sorprende es la forma tan rápida en la que ha cambiado la expresión de 'preocupación' a su cara burlesca. 

-¿Bueno, me vas a decir por qué estabas gritando? ¿O he de suponer que ha sido porque has visto mis nalgas y te has sorprendido?- Dice con un tono burlón al cual respondo enarcando las dos cejas y riéndome de él claramente.

- No amigo, no te estaba mirando el culo, estaba mirando otra cosa la cual no te incumbe para nada, así que si no te importa tengo un examen que aprobar, que a diferencia de ti yo si quiero entrar en el cuerpo de policía.- Voy a pasar por su lado cuando me agarra del brazo para retenerme a su altura y me susurra al oído.

- Mira niñita, a mí, no se me miente, sé perfectamente qué estabas mirando a alguien de esas salitas y por si no te has percatado estamos los dos solos en medio de un pasillo y que mi hermano y el tuyo se han ido vete tú a saber dónde.

Se me eriza la piel por tener su boca tan cerca que noto su aliento pasando por mi oreja, siguiendo por el pelo y bajándome por toda la espalda causando un escalofrío.

Cojo aire para soltarme de su agarre y también para recuperar mi propio aliento.

-Pues esta niñita te acaba de decir que tiene que aprobar un examen y no te he mentido señor 'sabelotodo' solo te he dicho que no te importa lo que mire o deje de mirar.- Hago una pausa (dramática) y me acerco a él haciendo que baje la mirada por la diferencia de alturas entre ambos.- A no ser que seas tan egocéntrico que realmente pienses que alguien como yo podría fijarse en alguien como tú.- Le miro de arriba a abajo y me voy por uno de los pasillos hasta llegar a una puerta que indica que es un despacho.

Llamo a la puerta varias veces y al notar que nadie contesta abro la puerta y caigo en cuenta que este no es el despacho de Conway, sino que es el de mi hermano. Lo inspecciono hasta ver un marco de fotos donde aparecemos él y yo de pequeños con nuestros padres. Sujeto el cuadro tocando el rostro de mi difunta madre. 

Alguien abre la puerta de forma brusca y eso me asusta de forma que el marco se me resbala de las manos cayendo al suelo y rompiéndolo. 

-Joder, aquí estás Lara, Conway os está esperando en su despacho- Me giro con lágrimas corriendo por mi rostro y me encuentro con la única persona que me podría consolar en este momento. Ivanov.- ¿Lara? Ey... que te pasa peque- Viene a paso apresurado y me recoge en un reconfortante abrazo que me hace romper en llanto. No hace falta que diga nada porque veo como sus brazos se tensan al percatarse de donde estamos. Es entonces cuando me separa de su cuerpo, se dispone, a hablar, pero entonces irrumpen en la zona los cuatro que antes me acompañaban.

Tu psicópata favorito (GUSTABO x LECTORA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora