Cosas que hacemos por amor

Cap 1 Nomen presagio

"¿Dónde está Senkuu?"

Ryuusui no tuvo tiempo de respirar profundamente y calmarse. Una vez más, necesitaba hacerse cargo de la situación, pero no sabía cómo. Se sentía impotente -qué paradoja para el heredero más poderoso de la familia Nanami- ante el descubrimiento de que un francotirador los mantenía bajo observación y sobre todo que una o más balas probablemente habían alcanzado a una de las personas más importantes para toda la humanidad y sobre todo. un amigo suyo.

"¿Dónde está Senkuu?" Siguió gritando incluso si pronto lo encontraría, probablemente no herido, después de todo, tenía la ciencia de su lado, lo lograría. "¿Dónde está Senkuu?" Repitió pero su grito de ayuda se convirtió en un susurro entre los gritos del resto de la tripulación.

"¡Ryuusui-sama, sígueme, por favor!"

Ryuusui se sintió agarrado por la pequeña mano de Francois y arrastrado a través del umbral de su barra, donde el mayordomo se había quedado durante el asalto. Lo primero que vio fueron unos vasos y botellas que se habían caído al suelo por el impacto, e incluso eso fue suficiente para hacerlo vibrar de rabia ... entonces lo vio.

Senkuu todavía estaba sentado, con la espalda contra el mostrador, sus manos agarrando un saco que aparentemente desaceleró la ráfaga de balas contra su pecho. Y, por supuesto, había sangre.

Tanta sangre para una herida marginal, poca sangre para una letal. Fue entonces cuando Ryuusui, el Capitán Ryuusui, entendió lo que tenía que hacer. Se enderezó y le dio la espalda a Francois que se había acercado a Senkuu para brindarle los primeros auxilios, no sin antes haberlo mirado. Esos dos no necesitaban palabras para comunicarse.

Todo estaba claro.

Luego respiró hondo que tanto necesitaba para no traicionarse frente a la tripulación que se había amontonado en la entrada.

Buscó al espía, pero esa chica, como se esperaba, se había ido. Luego les suplicó a todos que salieran y se paró en el centro de la nave, midiendo con los pasos de sus botas un punto donde era más visible. Se volvió con naturalidad y puntuó la frase que nunca quiso decir en su vida con claridad y con profunda tristeza en su corazón.

"Senkuu está muerto."

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"Senkuu está muerto."

Xeno entrecerró los ojos y puso una mano sobre los auriculares. La voz de Stanley nunca lo traicionaría y si estaba diciendo que Senkuu estaba muerto, realmente lo estaba.

"¡Finalmente, el mundo será nuestro, Stanley!" Él respondió pero su tono no fue suficiente para engañarlo.

"¿Te arrepentiste de haber matado a un chico tan joven? ¿Un chico que aparentemente conocías?"

Xeno tragó saliva y arponeó los dos apoyabrazos del sillón. Ahora era demasiado mayor para arrepentirse.

"Sin su médico, tienen muy poco con qué luchar. Seguramente se alinearán con nosotros, probablemente mañana", murmuró y Stanley se preguntó si era apropiado repetir su pregunta. "Soy la única persona que puede cambiar el mundo, no necesito rivales ... y te tengo a ti".

"No pensé que un dictador podría ser ... No sé dónde está Luna, ¡ve a buscarla sola! ¿No ves que estoy ocupado ahora?"

"¿Stan?"

"Carlos", respondió molesto por la interrupción. "¡Él y su obsesión por esa pequeña! ¿Escuchas lo que hacemos? ¿Nos quedamos en observación? ¿Tenemos que matar a alguien más? ¿Como el prisionero, el mago o lo que sea?"