Capítulo 16

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El día de la boda llego, claro con un miles de emociones que en su mayoría no fueron agradables. Iniciando por el casi arrepentimiento de Anielka antes de caminar hacia el altar, y luego su silencio cuando el juez le pregunto si me aceptaba como esposo. En ese momento contuve el aire, por una milésima de segundos imagine que saldría corriendo presa del miedo y me dejaría como un idiota, por lo que tuve que pellizcar su mano para que pudiera reaccionar. Me había preparado mentalmente toda la semana acerca de lo que tendría que vivir junto a ella. Sin embargo, hubo una situación la cual no pensé y esa fue cuando el juez dijo que podía besar a la novia.

¿Debía besarla?

Obvio idiota.

Jodido predicamento en el que me encontraba, debía tomar la iniciativa ya que ella parecía estar en trance. Asi que deje mi cobardía aun lado y la besé.

¡Joder!

Que bien besaba la endemoniada. En un principio se congelo al sentir mis labios sobre los suyos, pero luego me correspondió haciendo que lo profundizara más, no quería separarme de ella. Esto era justo como lo recordaba, como la primera vez que la bese. Cuando nos separamos juraría que vi un brillo en sus ojos, y no la frialdad con la que usualmente me veía. Mi sorpresa se vio a esfumada cuando se acercó a mi oído y susurro:

—Si vuelves a besarme te cortaré las pelotas.— y no quería provocarla, Anielka no amenazaba en vano y a mí me consta. Ese jodido beso no salía de mi mente, quería volver a sentir mis labios sobre los suyos. Al parecer todos nos estábamos comportando en la fiesta, hasta su amiga loca de Leslie, quien para aligerar el ambiente dio un discurso, un tanto ridículo para nuestra situación, aunque las personas ajenas a la realidad suspiraban con cada palabra que salía de la boca de esa chica. Anielka tuvo un ataque de risa, por mi parte trate de mantener la compostura pero para ese entonces estaba empezando a perder la paciencia y ella la cordura debido a los más de cinco shots de tequilla que llevaba.

Genial, hasta alcohólica me salió.

Se largó nuevamente a la pista a bailar con su amiga y a beber más tequila y yo me quedé observándola. Se veía tremendamente hermosa con ese vestido, le tallaba perfectamente a su cuerpo, su piel blanca contrastaba con su melena negra, sus labios rojos y sus maravillosos ojos. ¡Dios de mii vida! Sería una tortura tenerla cerca y no meterla en mi cama.

Los movimientos que hacía en la pista no eran precisamente de una monja, esta mujer estaba haciendo estragos con solo verla, no me imagino lo que sucederá cuando la vea con poca ropa. Me puse de pie antes de que mi amiguito siguiera cobrando vida bajo mis pantalones, fui hasta donde se encontraba el DJ y solicité que cambiara de música, ya que si bailaba ese clase de ritmo, sería capaz de estampar sus labios con los míos. Llegué a donde se encontraba con su amiga, la giré hacia mí y cuando me vio soltó una risita, la cual supe que se debía a la botella de alcohol que se había bebido.

― Baila conmigo por favor.

― De acuerdo, pero nada romántico― Acepta

― Es una boda, se supone que debe serlo― coloco ambas manos en su cintura y ella coloca las suyas en mi cuello, contengo el aliento cuando escucho Unchained Melody

― ¿No pudiste escoger una canción más cursi? ― pregunta riendo.

― ¿Que propones?

― I will survive― y ambos reímos, por primera vez estamos juntos y no estamos peleando como perros y gatos. Todo va tan bien hasta que aparece Odalis. ¿Dios estas por aquí? Ayúdame con estas dos.

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⏰ Última actualización: Feb 17, 2021 ⏰

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