Prólogo

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~1~


–¡Achoo!–

Carina Black estornudó.

La mal ventilada tienda de Ollivander estaba polvorienta como si no la hubieran tocado en años. Pero la vela recién encendida delataba que la tienda seguía abierta.

–Salud.–

Ollivander vino de su pila de estantes. Carina saltó ante su repentina aparición y la hizo dudar en caminar hacia el mostrador.

–La estaba esperando, señorita Black.– Dijo Ollivander.

–¿Enserio?– Carina arqueó una ceja.

–Sí...– Ollivander asintió. –Recuerdo cuando tu madre y tu padre vinieron aquí por primera vez a buscar sus varitas... fue toda una experiencia para ellos... emocionante como dijeron... ¿estás emocionada?–

–Un poquito.– Dijo Carina.

Ollivander fue a los estantes donde trató de elegir una varita para ella. Sacó una caja polvorienta, la colocó en el mostrador delante de Carina y le entregó la varita.

–Bueno, dale un saludo– Carina hizo lo que le dijo y agitó la varita. Entonces vino una pequeña explosión de la lámpara. Ollivander y Carina se agacharon ante la repentina explosión.

–No no.– Ollivander tomó la varita y la guardó, luego volvió a los estantes y buscó otra. Una vez que la encontró, la colocó sobre el mostrador y se la entregó a Carina.

–¿Bien?–" Dijo Ollivander.

Carina la sacudió una vez más, y esta vez algo se rompió, un vidrio, y su contenido salpicó la superficie.

–¡Lo siento mucho! ¡Lo arreglaré!– Dijo Carina.

–No es necesario... usted es bastante tramposa, señorita Black, muy tramposa.– Ollivander tomó la varita y luego regresó a los estantes. Después de un tiempo, regresó y esta vez con una caja que parecía vieja, más polvorienta que las demás.

–¿Qué tal esta?– Dijo Ollivander.

Carina tomó la varita. Ella trazó la hermosa madera que tenía las tallas en su soporte y un hermoso diseño de un dragón. Carina agitó la varita y de su punta salió una hermosa llama roja que se convirtió en la forma de un dragón alado que exhalaba fuego.

–Rowan, corazón de dragón, treinta centímetros, cediendo.– Dijo Ollivander.

–¿Lo siento?– Preguntó Carina.

–Tu varita.– Ollivander respondió.

–¿Mi varita?– Carina sonrió.

–Sí... la varita elige al mago...en tu caso... A la bruja, señorita Black, y esta varita te eligió a ti.–

Después de pagar la varita, Carina se fue de la tienda, pero justo cuando lo hizo, apareció un chico con el pelo negro desordenado. Ambos se miraron el uno al otro por un rato antes de que Carina hablara para romper su juego de miradas.

–Hola.– Dijo Carina.

–Hola.– Dijo el chico.

~ 2 ~

–Carrie. Carrie. Carrie. Carrie. Carrie–.

–Maise. Maise. Maise. Maise. Maise–. Carina se burló de su joven prima, mientras sus ojos se quedaban en el libro que estaba leyendo. Carina estaba leyendo uno de sus libros escolares, Historia de la magia de Bathilda Bagshot, mientras se sentaba tranquilamente en la cama de su habitación compartida con su prima de diez años, Maise, quien seguía preguntando a Carina si podía jugar con Hester. El nuevo búho de Carina.

Black - Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora