Capítulo 4.

887 70 4
                                    

Pasaron dos semanas y los vientos fríos del otoño trajeron escalofríos a los estudiantes. Pero esos fríos vientos otoñales no detuvieron a los de tercer año para ir a Hogsmeade y ver el pequeño pueblo. Agarrándose a su abrigo y su bufanda de Gryffindor envuelta alrededor de su cuello, Carina se quedó con Roman mientras caminaban hacia los carruajes que los llevarían a Hogsmeade, y desafortunadamente, Theodore los seguía, para no quedarse solo con Draco y sus matones, o ir con Blaise y Pansy.

–¿Es realmente necesario que Nott nos acompañe?– Preguntó Carina.

–No te preocupes, Black, tampoco me agrada tu presencia.– Theodore respondió.

Roman suspiró. Quería pasar tiempo con sus dos mejores amigos. Pero los dos ni siquiera podían soportar respirar el mismo aire que el otro.

–¡Recuerda! Estas visitas a Hogsmeade Village son un privilegio. Si vuestro comportamiento se refleja mal en la escuela de alguna manera, ese privilegio no se extenderá nuevamente.– McGonagall llamó a los estudiantes.

–Escucha eso Black, si tu comportamiento se refleja mal en la escuela de alguna manera, ese privilegio no se extenderá nuevamente.– Theodore citó a McGonagall, –Profesora, ¡creo que los privilegios de Black deberían ser revocados!– Dijo Theodore bromeando mientras pasaban junto a la subdirectora.

–No es gracioso, Nott.– Dijo Carina.

Detrás de ellos, Harry se acercó a McGonagall con una mirada suplicante y su forma en sus manos. Carina y Roman se detuvieron en seco y vieron como Harry le rogaba a McGonagall que firmara su permiso.

–Esto es simplemente triste.– Roman murmuró.

·¿Quizás podríamos sacarlo a escondidas?– Preguntó Carina.

–¿Y nos atrapa Filch?– Theodore arqueó una ceja, –No, gracias.–

Cuando los hombros de Harry se hundieron en la derrota, volvió su atención a Hermione y Ron, y Carina y Roman.

–Está bien chicos... diviértanse.– El les dijo.

–Me aseguraré de traerte algo de Hogsmeade.– Carina le dio una mirada tranquilizadora.

–Gracias, Carina.– Harry sonrió.

Una vez que sus amigos se fueron, Harry se quedó solo.

–Entonces…– Harry se giró y encontró a Lupin de pie junto a las puertas con las manos en los bolsillos de los pantalones. –No Hogsmeade, ¿eh?–

Carina arrastró a Roman hasta Honeyduke's. Miró alrededor de los estantes en busca de algunos dulces que apilaría si quisiera tomar un bocadillo de medianoche. Roman se rió cuando Carina tomó una caja de regaliz y chocolate, mucho chocolate. Theodore, quien siguió después de todo el tiempo, solo miró a Carina con una expresión boquiabierta.

–¿Vas a apilar hasta Navidad, Black?– Theodore preguntó. –¿O tienes un deseo de morir?–

–Oh, cállate Nott.– Carina le arrojó un paquete de Sugar Quills. –Deja de ser tan amargo y prueba algo un poco dulce para variar.–

Roman se rió entre dientes, Carina la siguió. Theodore, por otro lado, volvió a la bolsa de dulces en el estante y los siguió. Después de Honeydukes, Carina, Roman y Theodore fueron a las Tres Escobas para calentarse. Al entrar en los alrededores, fueron recibidos por una chica, Rebecca Barnes que salía. Roman se sonrojó al ver a la Hufflepuff de cuarto año y comenzó a tartamudear.

–H-Hola Re-Rebecca.– Saludó Roman.

–¡Oh hola!– Rebecca sonrió. –Ro...Roman... ¿Verdad?–

Black - Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora