Capítulo 1.

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La lluvia no podría haberlo hecho aún más dramático.

BLACK TODAVÍA EN GRANDE

Carina miró fijamente el artículo que tenía delante. La foto del hombre envió escalofríos por su espalda. El solo hecho de mirar al hombre le dio náuseas por dentro - en el mal sentido, vio la foto de Sirius Black repetidamente y seguía gritando; ella nunca ha visto a un hombre tan enojado como Black, el hombre incluso la hizo cuestionar su propia cordura.

–Está bien, es suficiente.– Tom le quitó El Profeta a Carina. Tom se sentó frente a Carina y le tomó las manos. –Estás a salvo, eso es lo que importa.–

–Está fuera.– Carina habló.

Tom suspiró, ella apretó las manos de sus sobrinas con tranquilidad, –No dejaré que te atrape, ¿entiendes?– Carina asintió. Tom le ofreció una sonrisa y luego le besó la cabeza. Poco tiempo después se fue para ayudar a su esposa a cocinar.

–Carrie. Carrie. Carrie. Carrie. Carrie. Carrie. Carrie. Carrie.–

–Maisie. Maisie. Maisie. Maisie. Maisie. Maisie. Maisie. Maisie.– Carina se burló de su prima de doce años. La joven rubia se dejó caer en el asiento junto a Carina en la mesa del comedor con su gato tuerto llamado Fred.

–¿Puedo pedir prestado tu suéter este año, ya sabes, el azul?– Preguntó Maisie.

–¡No!– Carina exclamó –¿Dónde está el tuyo?–

–¿No te acuerdas? ¡Fred lo convirtió en su rascador!–

–¡No es mi problema!–

Un sonido de golpeteo desde la ventana llamó la atención de las dos primas discutiendo. Ambas corrieron hacia el búho negro que tenía unas tres cartas en su pico. Carina fue la primera en llegar a la ventana, le sacó la lengua a Maisie mientras tomaba las cartas del pico de su búho.

–Buen trabajo, Hester.– Carina dejó que su lechuza entrara a la casa y se instaló en su nido en la parte superior de la ventana.

–¿Alguna carta para mí?– Charity, la esposa de Tom, preguntó.

–¿O yo?– Preguntó Maisie.

–Maisie, sí...– Carina le tendió la carta de Maisie. La joven rubia tomó la carta y corrió a su habitación. –Tía Charity, no, lo siento, pero el tío Tom sí...–

–¿Enserio?– Preguntó Tom. Se secó las manos con una toalla y fue a buscar la carta de manos de Carina.

Carina se volvió para ver quién le envió la carta, no tenía nombre.

–¡Voy a subir a mi habitación!–

–¡Muy bien, cariño!– Charity gritó.

Carina abrió la puerta que conducía a las escaleras de su habitación. Cerrando la puerta tras ella, Carina subió las escaleras y se encontró en su propio refugio segura. La habitación de Carina era la más grande de la casa. A Carina le encantaba la habitación que le habían dado su tía y su tío; prácticamente les rogó que la dejaran subir al ático y tener su antigua habitación como almacenamiento personal, y después de semanas de mendigar y untarle mantequilla, dijeron que sí.

Carina se dejó caer en su cama, encendió su lámpara en su mesa de al lado que tenía tres fotos: una foto de su mamá dando vueltas con su hermoso vestido, una foto de ella y sus amigos (Harry, Ron, Hermione y Roman) en la plataforma 9 3/4 después de su primer año en Hogwarts, y una foto de ella y Maisie jugando. Carina abrió la carta y encontró la letra bastante difícil de leer. Sus cejas se fruncieron ante la caligrafía, no conocía a nadie con esta escritura, seguro que Ron tenía una letra desordenada, pero esta era muy desordenada, como si se usara una uña de pollo para escribir con ella.

Black - Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora