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Lo conocí un 8 de Mayo, y con 14 años de edad cursaba mi segundo año de secundaria, si bien no era la niña más popular de la escuela tampoco era poco conocida, pero él, a él todos lo conocían, todos sabían de su fama, claro todos menos yo.

Llego de la nada, si mi memoria no me falla estaba en clases de artes, él tan extrovertido como siempre me arrebato de las manos mi trabajo, comenzó una charla con mi maestra y yo solo lo observaba, no lo conocía de ningún lado, quien se creía para molestarme.

- ¿Me devolverías la flor por favor? - Le pedí de la forma más amable que pude

- No ahora es mía – Fue la respuesta que recibí. Siguió ignorando mis pedidos al menos un cuarto de hora hasta que decidió que era suficiente platica con la profesora y se fue, con todo y mi trabajo.

Aquí debo aclarar algo, en ese entonces era demasiado mimada en la escuela, al menos por mis compañeros de clase, casi siempre se hacía lo que yo quería, y que llegara este sujeto e hiciera su santa voluntad con mis cosas me enfureció.

Se fue tan campante hacia su salón que no se percató que salí detrás de él, en cuanto lo noto echo a correr, lo odie en ese momento, la explanada no era tan grande, pero la gran mayoría de los salones tenía vista hacia ella, por lo cual casi toda la escuela vio como lo perseguía, lo repito todos lo conocían, todos notaron que una chica "x" perseguía al famoso Jaime Caballero.

Fue patético y muy vergonzoso, cuando logre tomarlo del suéter, nos caímos, yo encima de él en medio de la explanada, como pude me levante, tome mi flor y me largue a mi salón, en mi vida, lo juro, había estado tan sonrojada.

Iba furiosa y algo espantada, nunca me había salido así de un salón, a lo lejos escuche gritar.

- ME LLAMO JAIME POR SI TE INTERESA- Era obvio que no me interesaba, ni curiosidad me generaba, ese fue el primer gran error que cometí.

Después de ese terrible suceso intenté borrar todo recuerdo de mi memoria, estaba muy contenta porque a pesar de que fui ligeramente reprendida por salirme del salón, fui de las que mejor hicieron su trabajo y, sobre todo, a mi mamá le había encantado.

Al siguiente día todo marchaba "normal" en cuanto a mi rutina se trataba, tuvimos las clases de la mañana, discutí con mi "novio", salimos al descanso, vendí una que otra tarea hasta que regresamos al salón de clases.

Aquí debo hacer una aclaración geográfica, entre mi salón y el de él se encontraban; el taller de mecanografía y una oficina de orientación, al lado de mi salón, se encontraba el taller de electricidad y al fondo de la escuela, las canchas de futbol y de basquetbol.

El taller de mecanografía era solamente para niñas y el de electricidad para niños, por lo cual los horarios estaban repartidos de Lunes a Viernes para que todos entráramos 4 horas a la semana, a mi grupo le tocaba los Lunes en las dos últimas horas del día y los Jueves las dos horas después del descanso.

Una vez aclarado esto, yo estaba felizmente en mi salón esperando a que mi profesor de física llegara, cuando de repente me arrebatan mi lápiz, era él de nuevo, la diferencia es que esta vez venia con un amigo que teníamos en común.

-¿Que tú no tienes a nadie más que molestar? – fue lo primero que le dije al mirarlo.

- La verdad no, es divertido hacerte enojar, aparte no vine específicamente a molestarte a ti, tengo taller y tu estas aquí, así que dije ¿por qué no? - Sonara muy cliché, pero si las miradas mataran, Jaime hubiera estado herido de muerte, estoy segura, en fin, su amigo no me caía tan mal así que ignore olímpicamente a Jaime mientras platicaba con Marcos, hasta que se le ocurrió decir la idea más idiota del mundo.

-Oye Serena ¿Ya conoces a mi amigo?, le dicen el chino ¿Por qué no andas con él? - Juro que no escupí el agua que tenía en la boca porque eso no era de niñas bien, okay no, no escupí el agua por que empecé a ahogarme con ella. En que cabeza cabía que yo podría fijarme en alguien tan castroso como Jaime.

- Para tu información Marcos, ya tengo novio – No era del todo mentira, en teoría si tenía era un compañero del salón llamado Roberto, pero pues solo era novio de papelitos, no hablábamos más que por Messenger, aunque a esa edad creo que no se podía esperar nada.

- Y ¿Quién es? – Pregunto Jaime.

Yo se los señale ya que él se sentaba al otro extremo del salón.

- ¿El akolatronico? – Grito Marcos, todo gracias a una chamarra que traía de ese personaje, no nos juzguen era el año 2013, las modas de ese entonces eran de lo más extrañas.

El caso es que ese grito llamo su atención y Roberto volteo hacia nosotros, lo repito si las miradas mataran, ambos chicos hubieran terminado en urgencias, desde ese momento supe que mientras Jaime y Marcos estuvieran molestando me esperarías uno que otro reclamo vía recadito por parte suya, para mi salvación llego mi profesor de física y como no le caían bien este par de chicos muy "amablemente" les pidió que no estuvieran molestando.

Y como predije, durante las dos eternas horas de física Roberto me mando un papelito exigiendo saber por qué ese par de tontos estaban conmigo, no lo voy a negar su "escenita" de celos despertó cierta importancia en mí.

Abriendo un paréntesis, en teoría llevaba andando con Roberto 7 meses, pero no lo quería, era más la sensación y el placer de ser la pareja del salón, yo era de las niñas más inteligentes no solo de mi grupo, si no de la secundaria entera, y él, no era tan aplicado, pero estaba lindo, y los profesores nos adoraban juntos, así que no me quejaba, pero pues no sentía nada.

Volviendo a la historia, realmente su reclamo me dio cierta risa, ¿Quién se creía él para reclamarme algo?, la verdad es que no le conteste, era más importante para mí poner atención a clase ya que física siempre ha sido algo difícil para mí, incluso en la actualidad, seguí recibiendo papelitos por su parte hasta que me arte, me levante de mi asiento y los tire todos, por dios, tan difícil era entender que no quería contestarle.

Para mi buena o mala suerte el profesor termino la clase 10 minutos antes lo cual fue perfecto para que el pequeño Roberto fuera hasta mi lugar y me reclamara, en plena discusión (yo estaba de espaldas a la ventana) escuche una voz que por desgracia ya se me hacía conocida.

-No crees que esas no son maneras de hablarle a una chica y menos si es tu novia...

Cayendo en TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora