A la hora de la salida me salí corriendo, seguía bastante molesta con Jaime, pero más que eso estaba avergonzado con él, ¿Creería que tal vez sentía algo por Roberto? ¿Qué tal si se molestaba y me terminaba?, por este motivo le hui no quería verlo.
Toda la tarde en la comodidad de mi casa estuve pensando y decidí que debía pedirle disculpas por el suceso que había experimentado a primera hora del día siguiente. Estaba aterrada, la ventaja era que Angelica me acompañaría, por lo cual en cuando llegamos al salón y dejamos nuestras cosas lo primero que hicimos fue irlo a buscar a su salón.
Fue algo extraño y nuevo dado que siempre iba él al mío, en cuanto lo vi me puse muy nerviosa, el discurso que había preparado se me borro de la mente, en cuanto nuestras miradas se cruzaron note cierta decepción en su mirar.
-¿Puedes venir un momento?- Le pedí algo avergonzada.
-Que sea rápido mi clase ya va a comenzar- Me dijo mientras se acercaba, su distanciamiento y su frialdad me dolieron en el alma. Cuando estuvo frente a mí me fue imposible no empezar a lagrimear.
-Yo... Te debo una disculpa, no tenías por qué presenciar lo que paso el día de ayer- Le comencé a decir. – Son mis problemas y nada tienes que ver en ellos-
-Serena, eres mi novia, tus problemas son mis problemas- Me dijo tomándome de las muñecas. Hice una mueca de dolor cosa que lo saco un poco de onda.
-Si, pero él no tenía que hablarte así, te juro que yo ya no tengo nada que ver con él, incluso el que se la pasa molestándome es él a mí, ayer se enojó por una paleta, pero la culpa fue de Miriam no mía- Le dije mientras jugaba con mis dedos.
A este punto Angelica ya se había ido y nosotros nos encontrábamos detrás de la asta bandera.
-Serena te quiero y me costó mucho no pegarle ayer cuando empezó a gritarte, pero esa clase de personas no valen la pena, por eso lo intenté ignorar, no fue porque no me importaras- Me dijo mientras me tomaba de las mejillas- Incluso pensé que te habías molestado conmigo, ya que te fuiste antes de despedirte-
-No, me fui antes porque tenía mucha pena contigo- Le dije mientras daba un paso más hacia él.
-Bueno si tu no estas enojada y yo no estoy enojado, seamos felices- Me dijo mientras se acercaba a mí.
Cerré los ojos, sabía lo que venía, cuando sentí sus labios sobre los míos miles de fuegos artificiales explotaron dentro de mí.
No supe en qué momento comenzó a jugar con mis manos, sin darme cuenta recorrió las mangas de mi suéter, era demasiado tarde cuando intenté reaccionar, sus dedos habían encontrado mi secreto.
Jaime se separó de golpe, no soltaba mis manos y miraba fijamente esas heridas y cicatrices que adornaban la cara interna de mis brazos. La mirada de decepción que me dio fue demasiado fuerte, la campana del inicio de clases sonó, yo solo me jalé de su agarre y corrí hacia mi salón.
¿Cómo le explicas a tu novio que llevas practicando el cutting desde los 13 años?
A la hora del descanso Jaime fue a buscarme, pero era demasiado tarde, me había brincado la ventada del salón para irme por detrás del mismo corriendo al baño, no quería hablar con él, no quería explicarle lo que estaba pasando en mi interior, ni en mi casa ni en nada relacionado a mí.
Jaime me fue persiguiendo hasta el baño, pero gracias a dios no me alcanzo así que durante 15 minutos me quede encerrada en el, me estuvo gritando un rato, pero se rindió, al salir él seguía afuera esperando, pero debía correr a mi salón o llegaría tarde, así que solo le di un beso en la mejilla y me fui.
Al llegar a mi salón mis amigas solamente me abrazaron, ellas sabían por todo lo que había estado pasando en el último año, sabían lo difícil que era para mi aparentar ser fuerte cuando en realidad estaba más que quebrada por dentro, lo único que quería en ese momento era llorar, ¿pero que ganaba? No se ganaba absolutamente nada.
Como no comí nada en el descanso mis amigas me hicieron bolita para que al menos ingiriera la mitad de mi sándwich, en serio no saben cómo amaba a estas chicas, a pesar de todo, de los problemas y a veces confrontaciones que teníamos me apoyaban en lo que podían.
-Niñas, no es por ser grosera, pero... ¿Ninguna le dijo nada de nada a Jaime verdad? - Les pregunte aterrada, sabía que él debía saber, pero no estaba lista, todo era demasiado caótico.
-Obviamente no Serena, ese es asunto tuyo y tu sabrás cuando y como se lo dices, pero habías prometido no hacerlo más- Me reprocho Luz, sabía que de todas ella era la que mejor me entendía, porque ambas teníamos la misma lucha.
-Lo sé, pero anoche se la pasaron peleando otra vez y el ver a mi hermano llorar, bueno no pude llorar yo- Les contesté distraída.
-Serena ya te habíamos dicho muchas veces que cuando sea así háblanos o escucha música, eso ayuda- Me dijo Daniela con la mirada triste, sabía que les dolía lo que me hacía, pero como parar, ya no sabía parar, era mi escape, mi salvación, mi recordatorio de que seguía viva.
-Yo lo lamento tanto, pero a veces solo pasa, no pienso solo lo hago ¿me entienden? - Me sentía pésimo, sabía que no solo me heria a mí, heria a la gente que me rodeaba, pero como parar.
-Mira te voy a pasar esta canción, es muy linda y su ritmo relaja ¿vale?, cuando pase lo mismo que esta noche escúchala hasta quedarte dormida- Daniela tomo mi celular mientras enviaba una canción por bluetooth.
-Lo único que sé es que no quiero hablar con Jaime, no sé cómo decirle ni cómo explicarle las cosas, un día no será suficiente- Les dije con ganas de llorar.
-Yo creo que sería perfecto mañana, acuérdate que no va a venir Rosalba (la profesora de español) y tampoco estarán las orientadoras porque hay junta entonces tenemos libre toda la primera hora, deberías preguntarle si pueden hablar-
-¿Pero si él tiene clase?- Cuestione algo intranquila.
-Pues pregúntale ahí viene- Me contesto Angelica.
Trague saliva en seco, verlo venir me daba mucha ansiedad.
-¿Vas a volver a salir corriendo?- Fue lo primero que me dijo.
-No tengo a donde correr- Le dije sin mirarlo a los ojos.
-Me vas a decir que está pasando ¿Verdad? - Dijo demasiado serio para mi gusto.
-No le hables así, es un tema difícil okay- Le reclamo Luz.
-¿Mañana tienes clase a la primer hora?- Le pregunte ya que su tiempo de visita ya casi terminaba.
-No, me toca español y creo que tiene junta ¿Por qué? - Me cuestiono.
-Mañana a primera hora te digo todo lo que quieras saber, por ahora solo déjame tranquila por favor, ahora debo arreglar mis cosas debemos irnos a educación física- Le dije, necesitaba armarme de valor.
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Cayendo en Ti
General FictionLos cuentos de hadas no existen y el primer amor no es para siempre