Fuera del Hielo - Kookmin.

E I G H T

Jungkook.

Bajamos las escaleras con Jimin, me soltó la mano antes de ir al comedor y era comprensible, mi mamá lo recibió con un beso y abrazo, ella lo quería tanto, que me daba ternura verlos juntos. Jimin charló mucho, dijo que volvería a patinar en unos meses, se queria preparar para las clasificaciones. Por mi lado, no volvería a Hockey, me dedicaría a la universidad y mi pagina de fotografía, que de a poco va creciendo.

La tarde se pasó volando, cuando vi el reloj, jimin ya se estaba preparando para ir, lo acompañé a la puerta y lo despedí con un beso en la comisura de los labios. No podía dejar de sonreir y eso no pasaba desapercibido.

Prendemos la tele para la cena, Jin tenía guardia y solo estabamos mamá y yo.

- Hijo - la miré - mañana temprano me iré para Argentina - asentí - Kim está allá haciendo negocios y me pidio que lo acompañer por el resto del tour que le queda.

- Está bien, omma - le sonreí - estan los chicos que siempre me acompañan en todo - ella asintió - me gusta verte feliz, recorriendo el mundo, siendo toda una mujer de negocios y la mejor madre - sonrió nostalgica.

- Cuando creciste tanto Jungkookie? - ambos reimos.

*Noticiero*

Mañana a la noche se espera la tormenta de nieve mas grande en Corea, se dice que los caminos quedaran bloqueados por unos días, no se podrá salir de la casa. Las temperaturas caeran a -15° C. Así que se les recomienda hacer las compras temprano y no salir hasta nuevo aviso.

Ambos nos miramos y pensamos lo mismo.

- Llama a Jimin - y sonreí de oreja a oreja.

*Llamada con Jimin*

- Jimin! - hablé.

- Jungkook, qué pasó? - me preguntó.

- No sé si viste las noticias pero se avecina una fuerte tormenta de nieve - le comenté.

- Si, ví las noticias - me contestó.

- Mi mamá se va de viaje mañana a primera hora y Jin se quedará con Namjoon en su departamento, ya que mañana cumple su última guardia y le queda a solo 5 cuadras - hice una pausa - te quería preguntar si te gustaria venir - un silencio se hizo presente, solo las respiraciones se escuchaban. Cuando iba a volver a preguntar una voz hablo.

- Claro, a qué hora pasas por mi? - sonrei, salte en la cama y grite. Del otro lado de la linea telefonica se podia escuchar una risa.

- A las 11, así vamos a hacer las compras para esta semana - el asintió y cortó. Decir que me fuí a dormir con una sonrisa de oreja a oreja es poco.

La mañana se hizo presente, me desperté a las 8:30 AM con una sonrisa de oreja a oreja, Jimin pasaría unos días conmigo, estoy más que feliz. Me hice unos hotcakes y café para desayunar, mientras leía un libro, la página de Instagram poco a poco iba creciendo.
Ordené la casa y la limpie quería que estuviera impecable para cuando Jimin llegara.
Las once se hicieron presente y ya estaba fuera del departamento de Jimin tocando bocina, él se asomó al balcón y me hizo seña de que ya bajaba. Apareció con una valija y una mochila, subió al auto y con una bella sonrisa me miró:

— Hola Jungkook! - me saludo. Y casi me mato, a caso es legal tanta belleza y ternura.

— Buenos días Jimin - y le sonreí.

Fuimos hasta el súper, para comprar unas cuantas cosas y que no nos haga falta nada, Jimin estuvo muy charlatán, mientras me perdía en el.
Su sonrisa era tan linda, que babeaba por él.
Él me guío, mientras lo seguía e iba agarrando las cosas, luego de llenar el carrito, no dirigimos a pagar.

— ¡Buenos días! Bienvenidos a SuperMake - dijo una chica amablemente.

— Buenos días - contestamos ambos.

La chica comenzó a pasar más cosas que íbamos dejando en la cinta, mientras estás pasaban al otro lado, Jimin las esperaba para guardar en las bolsas. La chica muy amable nos dijo el total a pagar, y aboné con cambio para que le quedara de propina.
Para se quejo cuando no dejé que pagara ni un centavo, pero soy así, todo un caballero.

Al llegar a casa, Jimin bajo sus cosas, mientras yo agarraba lo del súper, me espero en la puerta y le indique que podía dejar sus cosas en el cuarto de huéspedes; este me miró y se fue.
Luego de acomodar las cosas, Jimin se hizo presente, este ya se había instalado en dicho cuarto.

— ¿Quieres algo para comer? - asintió mientras frotaba su barriga - pues aquí me tienes - y solté una risa, mientras Minie se ponía cada vez más rojo.