Capítulo 19

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La creación de la muralla era todo un misterio que solamente quienes estuvieron involucrados pudieron declarar, pero callaron, llevándose el secreto a la tumba.

Antes no existía, solamente había un puente que se enlazaba a uno más pequeño de las ruinas en las tierras olvidadas. Tampoco estaba muy claro cómo se había logrado semejante construcción, pues era un amasijo de metal aplastado hasta formar capas que se levantaban cientos de metros, posteriormente, cubiertas por nieve, tierra y plantas que crecieron entre los recovecos.

Nadie, en ninguno de los dos territorios, tenía semejante maquinaria para levantar algo así, además, sin llamar la atención.

Las historias que Jinyoung escuchaba a lo largo de su vida, contaban de un gigante que había tomado con sus enormes manos los restos que la lluvia y los ríos arrastraron, aplastándolos en aquel campo pasando el puente. Al ser tan enorme, lo hizo en una sola noche.

El detalle era que Jinyoung había mirado la muralla antes de que fuese completamente cubierta por la nieve, ocultando huellas o rastros de cómo había sido puesto ahí. Había visto los metales casi lisos uno sobre otro.

¿Qué máquina podía hacer eso?

Su inquietud jamás se marcharía, porque cuando había encontrado la nave del prometido de Seulgi en aquel territorio, se había sangrado las manos al tratar de sacar el cuerpo, pues el metal había sido aplastado de la misma forma que aquel que formaba la muralla.

No le cupo duda alguna. La nave había sido presionada de la misma forma, los restos estaban igual, solo cubiertos de sangre, pero sin ningún gigante asomando por ningún lado. Su intuición de Aullador le decía que debía existir al menos un autor vivo de aquella muralla, y de alguna forma, había atacado la nave por una misteriosa razón que su mente no pudo elaborar.

Quizás, debido a la culpa, Jinyoung siempre soñaba con esas dos manos tomar la nave y aplastarla.



🔹️💠🔹️



Despertó con un sobresalto, jadeando pesadamente. Un sudor empapaba su rostro, como solía suceder cada vez que tenía una pesadilla... pero ahora, no era un sudor frío ni estaba temblando por la ansiedad. Era algo más.

Su cuerpo se sintió demasiado caliente. Dolía.

Jadeó con el corazón palpitándole en el pecho, donde su tatuaje ya era completamente blanco. Temió que hubiese sido contagiado por el virus, demasiada exposición, un descuido de su parte.

El castaño trató de levantarse, sus brazos temblaron a punto de caer de nuevo sobre las mantas revueltas. Al mover sus piernas las sintió adoloridas, algo resbalosas. Había sido contagiado... había contagiado a Jaebeom.

Quiso arrastrarse para alejarse lo más pronto posible, buscando una solución, pero a cada segundo, su mente pareció irse por otro camino, una vocecita que comenzaba a ganar volumen en su interior con palabras aún borrosas para él.

—¡Jinyoung...! No, ven, ven, tranquilo cariño —un brazo del pelinegro rodeó su cintura, jalándole a su pecho.

Jinyoung se estremeció, su cuerpo dolió más. Necesitaba algo.

—E-Estoy... el virus...

—Shh, cariño, no sucede nada —Jaebeom murmuró en su oído, besando su hombro. —Jinyoung, no estás enfermo. Es tu celo

Raindrops [Bnior/JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora