Raindrops [Bnior/JJP]

Capítulo 21

El primero en notarlo fue Taehyung, pues había limpiado los motores de la Arcadia y deseaba que Yoongi hiciera una prueba de vuelo, pero la nave no estaba.

Dio aviso a Hwasa, quien a su vez fue a buscar a Yoongi para saber quién había tomado la Arcadia, si todos ellos estaban en Yarei descansando.

—¿Quién tomó la nave, Yoongi? —Hwasa estaba consternada.

—¿Qué voy a saber yo? ¡Ustedes estaban cuidando de ella!

—Pues eso hice —replicó Taehyung. —Está como nueva, le puse los nuevos motores que me pediste, pero cuando fui a encenderla, ya no estaba

—Okay, estamos de acuerdo que no hay nadie además de The Aizsargs que pueda encender la Arcadia porque tiene un código de acceso basado en lectura de ADN. Así que debieron moverla o algo así, tenemos que buscar

—Yoongi —Hwasa abrió sus ojos conteniendo el aliento. —¿Mark ingresó el ADN de Ryujin?

—...

—¿Yoongi?

—¡ESTAMOS JODIDOS! ¡JACKSON NOS VA A MATAR!

—No perdamos la calma —sugirió Taehyung. —Ella no puede haber ido tan lejos, además jamás dejaría solo a su hermanito. Lo cuida mucho y... ¿Yoongi?

—Antes de que vinieran a gritarme, estaba buscando a los cachorros por orden de Jackson

—¿Y? —Hwasa lo miró con temor.

—Quiero que pongan rosas en mi tumba

🔹️💠🔹️

Kilómetros sobre un mar embravecido, una pequeña Ryujin navegaba emocionada y nerviosa con su hermanito bebiendo de un vaso de leche tibia.

Podía ser aún una cachorra, pero Mark ya le había enseñado la Arcadia desde que tuvieron que ir por ella al bosque, sola en su deslizador porque era demasiado inquieta para solo los juguetes y juegos de Yarei.

Ryujin conocía de memoria todos los controles, si bien algunos todavía eran complicados, tenía activado el sistema de ayuda inteligente que completaba esas tareas por ella. Conocía los ronroneos de la nave, la sensación de los mandos, como leer todas las pantallas.

Eso sí era entretenerse y no estar pateando una pelota por horas. Si tienes miedo no puedes pensar, y si no puedes pensar entonces estarás en problemas, era siempre el consejo de su progenitor Omega.

Ahora lo estaba poniendo en práctica y la adrenalina que corría por su cuerpo la llenó de la valentía necesaria para sortear los tornados de agua, los relámpagos azotando el océano y las furiosas corrientes de aire que trataban de desequilibrar la nave.

Justo como en los simuladores. Félix reía al sentir mariposas en el estómago por los giros de la Arcadia, pidiendo con una manecita en alto que se repitiera. Sacudía sus pies, que apenas alcanzaban la orilla del enorme asiento, en donde estaba sujeto con todos los cinturones de seguridad que su hermana mayor le había puesto.

Toda una aventura para ir por mamá, pues ya se había tardado demasiado.

Ryujin tomó aire al ponerse de rodillas en su asiento, usando el peso de su cuerpo para tirar con fuerza del mando y hacer que la nariz de la nave subiera hacia las nubes. Los nuevos motores los lanzaron como esa despreciada pelota por encima de la tormenta, mirando un hermoso sol.