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ᑎIᒍI - ᗷᖇOᗰᗩ ᑭEᔕᗩᗪᗩ/Tᗩ᙭I


AU


—Ichiji, ¿has visto mi teléfono? —preguntó Niji rebuscando por cada rincón de la casa. Se palpó los bolsillos traseros de su pantalón, levantó los cojines del sofá, abrió cajones al azar y hasta miró dentro de la nevera.

—¿Tu teléfono? Ni idea, ¿lo has perdido? —le respondió.

—¡Lo tenía hace un minuto! Lo he tenido que dejar por el salón...Creo... ¿Quizá en el baño? —susurró lo último para él y se dirigió a buscarlo. Por el camino se encontró a Yonji—. Hey, ¿no habrás visto mi móvil por casualidad? —El menor negó con la cabeza.

—Ni idea. ¿Ya has mirado en el jardín? —dijo sin importarle.

—¡No he salido al jardín! —replicó.

—¡Mira bien! —Yonji repondió mientras se alejaba, dándole la espalda a Niji, pero el mayor notó algo raro... Sus hombros se levantaron a modo de risa contenida, ¿o quizá se lo había imaginado? Por si acaso, Niji volvió al salón.

—Ichiji... ¿Seguro que no sabéis dónde está mi teléfono? —Se asomó por la puerta y preguntó cuidadosamente. El mencionado giró la cabeza y se quedó callado unos segundos.

—¿Por qué deberíamos saberlo? —intentó actuar con naturalidad, pero, ¡ajá!, Niji vio cómo las comisuras de sus labios se levantaban casi imperceptiblemente. 

—¿No me estáis mitiendo? —Se cruzó de brazos.

—No. —Al pelirrojo se le escapó una risa gutural que no pude contener y, al verse descubierto, se levantó del sofá y salió corriendo.

—¡Lo sabía! ¡Ven aquí! —Niji empezó a perseguirlo. Yonji pasó cerca de ellos por el pasillo.

—¿Qué estáis haciendo? —preguntó el peliverde.

—¡Nos ha descubierto, Yonji! ¡Corre! ¡Esconde el móvil! —Ichiji le avisó, alertando al peliazul de que él también estaba en el ajo. Yonji abrió los ojos como platos y, con el móvil de Niji en mano (lo tenía guardado en su riñonera) salió corriendo como alma que lleva el diablo.

—¡Ven aquí! ¡Necesito el teléfono; las Kardashian están en directo! —Lo persiguió entre gritos.

—¡Atrápame primero! —Rio con picardía, molestando a Niji.


Mientras Yonji huía del mayor, Ichiji completaba la segunda fase del plan «Molestar a su hermano»: cogió su propio teléfono móvil y llamó a un taxi que llegó en pocos minutos, lo suficientemente rápido como para que Yonji pudiera mantener ocupado al Niji y no se les arruinara el plan.

—¡Yonji! —Ichiji silbó con dos dedos en la boca, la señal que habían pactado para el momento. Yonji asintió y dio la vuelta por el jardín, con un Niji muy enfadado corriendo detrás de él, para salir fuera de casa, donde estaba aparcado el taxi. 

Yonji abrió la puerta trasero, metió el móvil de Niji en el asiento trasero (no le puso el cinturón de seguridad por falta de tiempo) y le dijo al conductor:

—¡Usted conduzca lejos de aquí y no pare por nada del mundo! ¡Hasta que el contador llegue a lo que he pagado! —Sacó unos billetes que tenía preparados y se los dio. El conductor lo tomó sin preguntar (no estaba de humor para lidiar con tonterías; tomaría el dinero) e hizo lo que le pidió cuando cerró la puerta. 

Niji llegó demasiado tarde, pero siguió corriendo detrás del coche, haciendo aspavientos con los brazos y gritando:

—¡Eh! ¡Pare! ¡Mi móvil está ahí! ¡Pare! 

Ichiji y Yonji se reían mientras veían su figura alejarse por la calle.

—¿Cuándo le vamos a decir que su móvil se lo había dejado en el recibidor y que lo que hay en el taxi es una calculadora? —dijo Yonji.

—Tú déjale que corra un poco más, tú déjale...

—Tú déjale que corra un poco más, tú déjale

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𝟕 𝐡𝐨𝐫𝐚𝐬 || ᴏɴᴇ ᴘɪᴇᴄᴇ ᴠɪɴꜱᴍᴏᴋᴇ ᴡᴇᴇᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora