Día once

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-Bien. Ya hemos repasado una y otra vez cómo lograríamos llegar a los más altos escaños del consejo. Ese es el escenario más factible. Ahora debemos contemplar otra opción más compleja y mucho más peligrosa: destruir a Hydra. -Winter suspiró, reclinando su espalda contra la de Brock y el sofá se hundió suavemente. Ambos estaban agotados, pero felices después de más de cuarenta horas de meticulosa planeación de estrategia y aún les restaba lo peor.

-De acuerdo, Mia Vita, primero pensemos en lo esencial. -Puntualizó Brock. -Donde sea que estemos, necesitaremos cumplir los tres objetivos básicos de toda invasión. -El comandante extendió su mano derecha, mientras entrelazaba la izquierda con la de su esposo, comenzando a enumerar.

-Controlar la comunicación, acabar con los cuerpos de defensa y cortar la cabeza principal. Lo sé, Brock, lo sé. -Winter completó la frase divertido, jugueteando dulcemente con los dedos del otro. -El punto es cómo lo vamos a lograr. Siempre que hacemos algo así empleamos  un escuadrón de élite y dudo que nadie en Hydra quiera jugarse el cuello por nosotros.

-Podemos montar un ataque camuflado, y entonces... -De inmediato, Brock sacudió la cabeza ante una idea tan precipitada. Era demasiado arriesgado. De la nada, Winter lo miró y su gesto se tornó cada vez más convencido, como si hubieran hecho un gran descubrimiento.

-¡Sí, hagámoslo! Debemos ser cuidadosos, será una operación complicada pero es nuestra mejor opción. -El joven continuó con entusiasmo. -Aprovecharemos cualquier evento externo lo suficientemente grande para desestabilizar a Hydra y tras reagruparnos, dejaremos un rastro para que yo pueda ser capturado. Hydra jamás perderá la oportunidad de llevarme de vuelta y cuando lo hagan, tú serás mi caballo negro. Podemos fingir tu muerte durante ese evento o después. Incluso, podrás seguir pretendiendo que estás con ellos si es lo mejor para el plan.

-Claro que no, Wint. -El riesgo era demasiado.

-Es la única forma de cumplir los tres objetivos sin al menos diez efectivos de nivel cinco.

-¿Y si Pierce te lleva a su lado o te hace olvidar? ¿Y si usa las palabras de activación en tu contra? -Brock reflexionó, visiblemente preocupado y dio media vuelta hasta quedar sentado detrás de su amor. Estiró las piernas y lo envolvió con fuerza; se mantuvo allí un momento, antes de seguir. Poco a poco presionó sus palmas sobre la espalda de Winter con un delicado masaje. El otro se apoyó  en su toque.

-Mantendré un perfil bajo hasta que pueda deshacerme de él. No será fácil, pero lo lograremos, sobre todo si no te ve venir. -El chico gimió por lo bajo cuando su comandante deslizó los dedos sobre sus hombros. -Hmm, ¿podrías seguir tocando allí?

-Todo lo que quieras bebé. Seguiremos discutiendo este punto en la cama. Ahora relajémonos un poco. -Rumlow sugirió, antes de acompañar el masaje con la caricia de sus labios sobre el cuello de Wint. El chico cerró los ojos y se dejó llevar, sabiendo que cada momento podría ser el último. Esta noche, Brock no lo decepcionaría.

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-Necesitamos un plan de contingencia en caso de que cualquiera de los dos salga herido. -Brock susurró al oído de su amado, aún tratando de recuperar el aliento después una de sus largas sesiones diarias de sexo. -Lo más probable es que sea yo. -Bromeó cínicamente, mientras tiraba del extremo de una de las mantas que habían arrojado al piso horas atrás .

-Si eso llegara a ocurrir, me mantendré a una distancia prudente. Ningún hospital tiene medidas capaces de contenernos a ti y a mi, pero si requieres apoyo, usa cualquier superficie reflectante para mandarme un mensaje en código morse. Yo intervendré las ventanas y cámaras y cuando estés lo suficientemente recuperado, estaré contigo en cuatro minutos. -Winter jugó con un mechón húmedo del cabello de Brock, acomodándolo con ternura detrás de la oreja de su comandante. Sonrió cuando aquella cabellera despeinada se esparció nuevamente sobre su propio pecho. Dios, lo adoraba tanto.

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