Cap.1 Parte 8

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Se quedaron en un completo silencio, pero Itachi tomó ese tiempo para pensar en lo maravilloso que sería que le regalaran un momento para que el pelirrojo se recargara en su hombro, justo como hace cinco años. Que se quedará ahí toda la noche, con los ojos cerrados tranquilamente y soñando, con el pecho subiendo y bajando como solo él parecía saber hacerlo mientras el Uchiha intentara acoplar su respiración con la suya. Pero durante los minutos en que ocurrió su reencuentro, Sasori ni siquiera parecía haberlo visto de verdad; no sabía si lo que sentía era amargura o coraje.

-Siempre quise conocer tu casa -dijo Sasori, rompiendo el silencio-, desde que te conocí. Me preguntaba por qué parecías tan... decepcionado con ella -soltó un bufido, parecido a una risa estrangulada-. Es muy bonita y tienes de todo (solo mira qué tremenda fiesta tienen adentro por tu cumpleaños), así que no lo entiendo.

-La verdad, te aseguro que más de la mitad de los invitados ignoran dónde estoy y ni siquiera se lo preguntan. Algunos ni deben saber que es mi cumpleaños -contestó Itachi, arqueando las cejas ligeramente-. Por otro lado, eso no me molesta. No me dejarían en paz si les importara realmente a qué vienen. A ellos los invitaron y asisten para llenar el espacio, disfrutar la comida, bla, bla.

-Realmente piensas eso -no era una pregunta. Itachi se encogió de hombros, aunque sabía que Sasori no le podía ver-. Qué raro eres.

De nuevo, silencio. Desde la fuente, la pareja ya se estaba parando y caminaba hacia el salón, tomados de la mano. Itachi esperó indeterminado tiempo, deseando de alguna manera, encontrar algo de qué hablar con Sasori, pero eso, ¿qué podría ser, sino lo conocía en lo absoluto?

-¿En serio estabas a punto de comprometerte? -preguntó, soltando lo primero que se le vino a la mente. Deseo poder darse un tope en la frente; qué tremenda indiscreción de su parte-. Quiero decir... disculpa la pregunta tan directa, pero...

-Nunca -respondió Sasori, ignorando lo último que el Uchiha había añadido-. La verdad es que, la cuestión se planteó y los padres de Konan estaban empezando a planearlo todo con Orochimaru, pero al preguntarnos a ambos, declinamos la oferta. Somos amigos y apreció a Konan por lo que es, pero nada más.

Itachi asintió.

-Parece una chica excepcional, pero comprendo lo que quieres decir -Itachi se esforzó en no seguir hablando, para no mostrar su inconformidad respecto a su caso. Escuchó a Sasori reír y por un momento, casi se le para el corazón; no era precisamente una risa sincera, pero no dejaba de ser hermosa.

-¿Estás pidiendo mi permiso antes de pedir su mano en matrimonio? -preguntó, maliciosamente. Itachi soltó una exclamación ahogada.

-Para nada -contestó, volteando hacia atrás. Como era de esperarse, no podía ver el rostro de Sasori, pero notó los zapatos y el pantalón de vestir.

-De todos modos, te habrías granjeado mucha competencia por parte de los alumnos de nuestra escuela. Estoy seguro de que no querrías algo así, porque no pareces el tipo de chico al que le gusta meterse en conflictos.

Excepto en el momento en que estuve dispuesto a pelear contra aquel sujeto gordo por golpearte.

-Definitivamente -fue lo que contestó, apretando los labios en una fina línea en cuanto término de pronunciar aquella palabra.

-¿Definitivamente no lo pareces, o definitivamente no lo eres?

-Las dos -respondió Itachi. Miró la punta de sus zapatos y frunció el ceño ligeramente-. La escuela a la que asistes, ¿es buena?

-Sí, claro -la voz de Sasori resultaba melódica y confiada en ese asunto, parecía confesarlo como quien comenta el clima, pero había cierta nostalgia en su tono-. Se convierte en una especie de hogar para chicos como yo.

Noche sin estrellas  [Itasaso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora