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En lo más oscuro de una silenciosa ciudad se podían escuchar los pasos de dos personas, una pareja algo singular a la vista de muchos.

Estos dos eran el dúo perfecto al momento de hacer sus fechorías pero había algo malo en todo esto, en uno hay un sentimiento de culpa por arrastrar al otro a aquel mundo del cual nunca podrá salir a menos que entregue su vida pero eso nunca pasaría.

Para esto tenemos que retroceder en el tiempo.

En una casita humilde vivía un joven pelimorado junto a su sobrina, ambos buscaban trabajo día y noche para salir adelante y tener una mejor vida pero a donde fueran las puertas eran bruscamente cerradas, la muchacha se frustraba por ello pero nunca dejo de luchar.

El pelimorado no podia seguir así, tenía que hacer algo a menos que quisiera ver a su sobrina muriendo de hambre, era su única familia, debía cuidarla y protegerla como se lo prometió a su hermana.

Emz cariño –Hablo el mayor y coloco sus manos en los hombros de la chica– Ve a descansar.

No puedo tío, nesesito ayudarte –Dijo mientras se daba la vuelva para ver a su tio–

Ya hiciste mucho, déjamelo a mi, tu tienes que ir a la escuela mañana.

No quiero ir tío, nesesitamos dinero y la escuela solo será un gasto más.

Claro que no, tienes que estudiar para que seas alguien en la vida y puedas salir de este lugar.

Esta bien tío, lo haré, me esforzaré y seré la mejor para poder darnos una mejor calidad de vida, ya lo veras!! –Hablo con una radiante sonrisa, sus ojos brillaban como dos hermosas perlas, la chica estaba desidida a lograrlo–

Pero dicen que los que tienen grandes sueños siempre son manchados por el toque de la muerte, así como ese sueño voló alto... Tuvo una caida dura y mortal.

Emz murió a los dos meses de plantearse aquella meta, murió a causa de una bala perdida directo al pecho, nadie se hizo responsable por la muerte de aquella muchacha de cabellos morados que ya hacía enterrada junto a la tumba de su madre.

Mortis se quedó completamente solo, le juro protegerla.. como fue tan estúpido para no cumplir aquella promesa, pero no era su culpa, nadie se podría imaginar que aquel accidente susederia.

Lo único que hizo fue ahogar sus penas en alcohol mientras recordaba a su familiar, tenía deudas, tenía a hombres atrás de él amenazandolo si no se cancelaba todos los pagos, hasta tenía que pagar por el entierro de su querida sobrina.

Ya no podía soportar más aquella desgracia que le estaba cayendo, nadie le extendía la mano para poder salvarlo, nadie podía consolarlo.

Camino por las grandes calles, no estaba en sus casillas, se tambaleaba a menudo y chocaba con algunas personas.
Casi caía al suelo pero alguien lo sostuvo en el momento justo.

Pero que te pasa, acaso estás borracho? –Hablo molesto un joven esqueleto, era de menor estatura que Mortis y tenía una mirada fría como aquella noche–

Losiento –Fue lo único que dijo para intentar incorporarse–

Poco miraba al joven con curiosidad, se veía que estaba pasando por un mal momento, lo recordaba a él cuando no tenía a nadie así que sintió pena por él.

No te disculpes, dime... Estas bien? –Preguntó sabiendo que no estaba nada bien pero nesesitaba que él se lo dijera para desidir en ayudarlo o no–

Estoy perdido, mi sobrina acaba de morir y tengo muchas deudas que pagar, no se nisiquiera porque sigo con vida. –Después de lo dicho bajo la cabeza, le dolía recordar todo sus problemas pero sentía que debía decirlo, tenía que sacar todo lo que estaba guardando–

Poco se sorprendio y lo desidio, lo ayudaría a comenzar denuevo como él lo hizo... Pero tenía que pensar bien en lo que estaba por hacer, meterlo en el mundo donde él se encontraba era peligroso, pero que más daba el pobre hombre no tenía a nadie  y además ya no tenía ganas de vivir.

Te ayudare.... Que dices, trabajaras conmigo? –Hablo con algo de calidez, haciendo que Mortis abriera sus ojos sorprendido–

Claro que acepto, es mi última oportunidad –Dijo mientras se sentía algo mariado, nisiquiera era consiente de lo que estaba haciendo–

Entonces ya está disidido, soy Poco es un gusto conocerte....

Mortis, el gusto es mio –Dijo y sonrio para luego caer de rodillas al suelo, tenía mucho alcohol en su sistema, su mundo se veía dando vueltas–

Poco lo miro y agarro su brazo para levantarlo, aunque sea enano podía cargarlo ya que el pelimorado no pesaba mucho... Se diría que no se alimentaba bien.

『 °*• ♫ •*°』

A la mañana siguiente Mortis se levantaba en una suave cama, se sentía maravilloso estar en ese lugar pero luego cayó en cuenta que esa no era su cama y mucho menos su casa, se levantó y se dio cuenta que tenía otra ropa, estaba avergonzado de solo pensar que la persona dueña de estos lujos lo desnudo y cambió.

𝕻 𝖊 𝖗 𝖋 𝖊 𝖈 𝖙  𝕯 𝖚 𝖔 ¦ ᵐᵒʳᵗⁱˢ ˣ ᵖᵒᶜᵒ? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora