Capítulo 10

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-Aguafiestas-se quejó Taeyeon, pero igual se alejó junto con Baekhyun hacía la góndola.

Pero antes, Baekhyun me miró y me guiñó un ojo disimuladamente, entonces caí en la cuenta de que había hecho lo mismo que yo había hecho antes con él; sacarme de una situación incómoda.

Cuando se perdieron entre la multitud, me giré a mirar a Sehun.

-¿Por qué no fuiste?-pregunté. 

Se encogió de hombros.

-Ya me subí la vez pasada, me gusta más estar en tierra-dijo.

-Ya somos dos.

Nos sentamos en una de las bancas, sintiendo cómo el aire movía mis ya bastantes largos cabellos.

-¿De qué hablaban Baekhyun y tú?-preguntó, como quien no quiere la cosa.

Me solté a reír.

-Ya recordé que eres curioso-musité.

-Qué bueno que lo sabes, así que dime ahora-quiso sonreír.

-No, no te voy a decir. Eso es entre tu hermano y yo-no sabía por qué, pero la fierecilla se sentía demasiado bien provocando celos en Sehun, o al menos, creyendo que lo hacía.

-Me voy a enterar, ya verás-amenazó y luego sonrió.

-Ya veremos-reí.

-¿Quieres un helado?-preguntó.

-¿Intentas sobornarme con helado?

El rió.

-¿Puedo?

-Lo siento, no-negué con la cabeza, divertido.

-Bueno, entonces te lo invito, ¿quieres?

Le miré, entrecerrando mis ojos en él.

-Sin mañas-alzó las manos.

-Está bien.

Nos paramos y nos dirigimos a la pequeña heladería que estaba enfrente.

-¿De qué lo quieres?-me preguntó.

-Chocolate.

Me sonrió y luego se dirigió hacía el chico rizado detrás del mostrador.

-Due gelato al cioccolato, per favore-musitó, con ese acento italiano ferozmente irresistible.

-Subito-dijo el chico y se dio la vuelta, tomando dos copas y depositando en ellas dos bolas grandes de helado de chocolate en cada una.

Le colocó chispas de chocolate arriba y luego nos lo entregó. Yo le agradecí con una sonrisa. Sehun le pagó al chico y éste se dio la vuelta de nuevo para tomar el cambio.

-Che bella coppia che fate-dijo él, cuando le devolvió el cambio a Sehun y luego me sonrió.

Sehun rió y guardó su cambio en el bolsillo trasero de su pantalón.

-Grazie-musitó.

Me sentí tonto, definitivamente tenía que aprender italiano. Cuando salimos del establecimiento me mordí el labio inferior, indeciso de preguntarle a Sehun, qué era lo que había dicho el chico.

-¿Está rico?-me preguntó él, con esa sonrisa burlona en su rostro.

-¿Eh? Sí-dije.

-Ni siquiera lo has probado-observó y luego comenzó a reír.

Manual de lo prohibido «hunhan»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora