My Miraculous Academia.

10. Froppy

Las enormes puertas fueron abiertas, dejando entrar a un hombre pelinegro de traje del mismo tono, haciendo resonar el suelo con cada paso sobre el mármol decorado. En aquella enorme sala, la dieta japonesa esperaba la solución para dicha problemática.

—Perdonen la tardanza — se disculpó el varón, recibiendo un asentimiento de parte de los mayores que le hacían compañía.

—No se preocupe, Kenji —exclamó Masaru, quién se encontraba al pie de la mesa. Siendo el emperador, era una posición probable; al gesto del castaño todos tomaron asiento en conjunto.

Una reunión que había sido convocada por el mismo Kenji Tsuragamae en compañía del Emperador Masaru, aunque a él mismo no le agradaba ese nombre prefiriendo ser llamado simplemente alcalde.

El enorme salón que convocaba a toda la dieta japonesa. Murmuros se oían, entre ellos mismos se preguntaban el tema central de aquella reunión. Un golpe resonó en la mesa alta dejando en claro que esto comenzaría, todos tomaron asiento respectivamente en sus dos bandos, consejeros y representantes. Masaru se acercó al micrófono para ser escuchado por todos.

—Caballeros, en estos últimos meses han sucedido acontecimientos que nos llevan a lo que hoy en día nos reúne —inició a decir Masaru, miró a Takeshi Okamoto, el ministro economía, comercio e industria, el rubio carraspeó levantándose con el papeleo en sus manos.

—Con la repentina aparición de los héroes, Dekubug y Shot Noir, Japón ha sido el foco de todo el mundo. Las noticias internacionales tienen a Japón en la vista. En los últimos meses se han reportado un ascenso del 28.3% en visitantes extranjeros sin estar en época vacacional —explicó el rubio centrando la atención de los presentes —. Los mercados han abierto una gran demanda en venta de productos incrementando el PIB japonés y las series televisoras se han visto enriquecidas con nuevos proyectos basados en estos dos misteriosos héroes.

El rubio terminó de decir para después tomar asiento nuevamente. Ahora la vista de todos fue en dirección al mismo Kenji. Suspiró sabiendo que era su turno de hablar.

Siendo el Presidente de la Corte suprema, tenía el poder Judicial en sus manos. Las leyes y la justicia pendían de sus ojos.

—Estos héroes han traído buenas noticias al país, pero también han traído revuelo —carraspeo cambiando la página de su archivo —. En estos últimos dos meses se han registrado protestas en las costas del país. Jóvenes y adultos que protestan en contra de ellos. Acusando al gobierno de incapacez. El pueblo teme de sus propia seguridad, los desastres ocasionados por los héroes y sus batallas dejan en segundo plano a la policía. Solo somos más que expectadores ahora.

Uno de los ministros de defensa se levantó de su asiento para intervenir.
El castaño le cedió la palabra.

— Esto es un tema que eh estado mencionando —protestó el de mayor edad —. Dekubug y Shot Noir traen problemas a esta nación.

—Han salvado vidas —contraatacó uno de los representantes —. Además, sus desastres ellos mismos lo reparan.

—¿Qué sucederá cuando ya no pueda repararlos? —espetó una dama de la cámara de consejeros —. ¿Qué pasaría si de la nada nuestro héroe se le sale un tornillo y quiere acabar con nosotros?

—¡No podemos  seguir dependiendo de niños disfrazados!

Un conjunto de voces comenzaron a salir, apoyando y otros defendiendo. Kenji esperaba el momento para hablar, él tenía un plan, una solución.

—¡Es suficiente! —espetó el castaño —. Somos seres pensantes y hallaremos la solución en conjunto, no a gritos innecesarios.

—Si me permite, señor —retomó la palabra Tsuragamae —. Tengo un proyecto que puede ser de utilidad.