La lluvia le hizo revivir ciertos recuerdos que había guardado en un rincón. Quizás para sentir que si quedaban ahí escondidos, no le iban a hacer doler.
O quizás porque sabe que por más que duelan, jamás podría borrarlos y por eso los guarda. Sabiendo que si bien están en un rincón, también están a salvo.
Son recuerdos que aparecen de la nada, como ahora y automáticamente generan una serie de sentimientos que a pesar de los años, todavía no logra contener.
Un nudo en la garganta se instala, prometiendo quedarse un buen rato y de repente, siente todo lo que sintió aquella última vez que le escuchó su risa.
Felicidad, emoción, deseos de que ese momento durara para siempre...
Tiene muy mala memoria, pero por alguna extraña razón, razón que a día de hoy todavía sigue agradeciendo, ella conserva y atesora como si fuera oro cada momento de los que vivió con él. O al menos, la mayoría de ellos.
Alguna vez escuchó a alguien decir: De recuerdos no se vive... Y se rió internamente y pensó:
"Si supiera que los recuerdos a mí me mantienen viva, me hacen doler y me hacen sonreír. Pero siempre aparecen para hacerme saber que estoy viva y que todo aquello que viví, lo bueno y lo malo, forjaron la persona que soy hoy y ayudarán a forjar la persona que quiero ser mañana..."
Le resultaba extraño pensar en cómo afecta la muerte, de manera totalmente distinta, a las personas. Sentía admiración por cada persona que pudo salir adelante y un profundo respeto por aquellos que no pudieron o no pueden.Volvió en sí, estaba acostada, mirando el techo y asombrándose una vez más de a dónde la habían llevado sus pensamientos. Apagó su teléfono, cerró los ojos y tuvo un último pensamiento antes de obligarse a dormir: "Te extraño, pero gracias por haberme dejado tanto amor en forma de recuerdos. Sigamos creando nuevos en mis sueños."
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Pensando Ando
Short StoryEscribiendo sobre cosas que siempre tuve ganas de escribir y de la forma en la que más libre me siento: Mediante historias cortas.