(Después de escribir el quinto capítulo no me sentí bien por eso me tomé mi tiempo, sin embargo escribir me ayuda a liberarme de las cadenas mentales, además recibí un mensaje como gran incentivo que me devolvió la fuerza, los ánimos y la inspiración).
Al terminar la biografía de mi niñez y pre-adolescencia estaba agotada, me sentía apagada emocionalmente, como deprimida pero al mismo tiempo era como si caminaba con un peso menos. Después de tanto tiempo quise de nuevo compartir en terapia, en la expresión de sentimientos me puse de pie y dije: -Hoy tengo escrita la primera parte de mi vida- ¿Cómo debo usar eso para el crecimiento?, sinceramente me siento derrumbada y no aprendí nada, solo recordé.
Me quedaron viendo y me preguntaron: ¿Estás lista para hablarnos de lo que escribiste?. -Está bien- respondí, tomé mi cuaderno y empecé a hablar. Fue inevitable llorar al contarles lo que había escrito, mis compañeras se quedaron en rotundo silencio, todos estaban muy concentrados (llegué a sentirme muy extraña), -Ninguna había sufrido abusos de niñas- (claro que tampoco es que tuvieron las mejores experiencias pero no fueron dañadas desde muy pequeñas, no desde los 6 años como me había pasado). Al finalizar de leer mis escritos un par de compañeras lloraron también. Paco -el vivencial- me preguntó: -¿Y tu familia paterna?- Nayib cuando uno hace su biografía habla de ambas familias. Lo interrumpí: ¡PACO ESTO NO ME RESULTA FÁCIL, NO ME EXIJA MÁS DE LO QUE PUEDO DAR!.
Se enfadó (tan normal en mi enojar a los vivenciales por mis autolimitaciones), se puso de pie y salió a buscar a Mari -la psicóloga-, entraron juntos y me volvieron a sentar en el medio de todos. (Estaba que moría de miedo, la última vez que tuve esa terapia me oriné, ¿Ahora que sería?) Respiré y obedecí.
Comenzó la terapia:
Mari: -Nayib háblame de lo que recuerdes a los 6 años con respecto a tus padres.-
Yo: La verdad no recuerdo mucho, sólo que mi padre no estaba muy presente y que mi mamá lloraba muchísimo, yo amaba jugar con mis muñecas.
Mari: -Cierra los ojos, empezaremos con terapia de respiración.- (Cuando empezó con eso, yo sólo podía pensar dentro de mí: ¡MIERDA YA ME JODÍ, EMPEZARÉ A PEDIR PAÑALES DE ADULTOS EN LAS PROXIMAS PROVISIONES!)
-ME RELAJÉ Y CONTINUÉ CON LAS INSTRUCCIONES.-
EMPECÉ A ESCUCHAR PREGUNTAS SOBRE MI FAMILIA PATERNA, sin embargo sólo logre recordar que eran demasiado unidos, las fiestas familiares eran increíbles, las navidades o los fines de años eran espectaculares, me vi riendo muchísimo. Por ahí medio un par de gritos de mi tía favorita con mi mamá pero nada que luego no se olvidara y volvieran a hablar. Vi a mi abuela paterna (odiaba que le digan abuela, así que le llamaré <NENA>) con su rostro tan lleno de luz, con una sonrisa que cautivaba, con sus ojos mieles perfectos y sus mechas que le hacían tornar un rostro de sol (por lo despeinada), recordé tanto que ella cuando le acompañaba al mercado era muy amable con las caseritas vendedoras y entablaba conversaciones como si fueran grandes amigas entonces siempre le preguntaban si yo era la hija -Y ELLA MUY EMOCIONADA DECÍA ¡SÍ!, ¿NO VÉ QUE ES IGUALITA A MI?, ¡Además se llama como yo!; De pronto sólo podía sentirme orgullosa ya que mis tíos decían que yo era la nieta más parecida a mi Nena.
En serio al recordar a mi familia paterna solo podía llenarme de alegrías, pese a lo que había recordado de mi prima Cecilia, en algún aspecto ella era como una ídolo, era guapísima, siempre tenía algo que contarme que lograra captar toda mi atención.
Sin embargo continúe en el viaje a mis recuerdos. Escuchaba ciertas preguntas de Mari a lo lejos y cada pregunta de ella me hacia transportarme en más recuerdos.
En eso llegué a mi casa (mentalmente), en mi pueblito donde vivía con mis papás. Ahí sentí nostalgia, mi mamá se esforzaba muchísimo porque no notemos la ausencia de mi papá (olvidé mencionar que mi hermano era un año menor a mí), él trabajaba todo el tiempo, hacía vida política (llegó a ser diputado) y tenía un billar (lo cual dejaba dinero a diario), pero mi papá era muy joven. Era un hombre machista, mujeriego y bebedor, aunque jamás nos faltó nada que comer, si nos faltó mucho la presencia de él en casa.
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DESCUBRIENDO MI ADICCION
Non-FictionDarse cuenta de las distorsiones de una persona con adicción en la vida real, descubrir las mentiras, las vidas ocultas, la pérdida de valores y principios, el daño causado hacia el propio ser y las personas que ama. Pero aún en adicciones se logra...