AUTOBIOGRAFÍA (Adolescencia parte 2)

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Cuando me estaba duchando solo quería morirme, me habían sacado a mi hijo, ¿Cómo alguien podría tener corazón para eso?. Lloré y lloré sin poder gritar porque el baño era compartido y no quería llamar la atención de mi familia.

Al verme al espejo sólo vi una criatura solitaria y muy muy rota, entonces sólo pude decirme: -HASTA AQUÍ ME VIERON LA CARA DE COJUDA-, ahora seré yo quien se burle de todos. Me lavé los dientes, me vestí y salí del baño. 

Fingí la sonrisa mas grande que podría dibujar mi rostro y el resto del día di mi mejor actitud al realizar cada cosa, no podía dejar que nadie note mi dolor, sin embargo emocionalmente estaba en serio alterada, pero luché y luché para no derrumbarme. Mi mamá empezó a notarme diferente y de pocas palabras, pero logré sobrellevar al menos por ese día y por esa semana las sospechas de mi mamá.

La semana siguiente mi actitud iba decayendo, empezaba a sentir envidia de mis amigas que tenían una relación normal con un novio, tenía resentimientos a mí misma por no hacer las cosas correctas,  me sentía sola porque no tenía a quien contarle lo que me había sucedido, me sentía avergonzada por ya "haberme convertido en una mujer" y sentía miedo porque a lo mejor nadie me querrá en el futuro por ser "experimentada" (pensamientos "conservadores" con los que crecí).

Me empecé a unir con compañeras que tenían pésimos promedios y hacía muchísimo relajo en horas de clase, ese año tuve un profesor en Ciencias Naturales que era bien viejito (resultó ser familiar lejano de mi mamá), al pobre profesor le hacia tener muchos corajes porque no le obedecía, me paraba como loca en la clase y me ponía a responderle, un día el profesor tuvo un paro cardiaco y se lo llevaron en ambulancia del colegio, casi me expulsan. Mis padres fueron al colegio y me pegaron delante de mi directora de área, sentía mucha vergüenza pero no dejaba que me vean con la cara agachada, "yo sabía lo que hacia" y siempre intente dar la imagen de "malota". (Aquí comencé a usar la soberbia cuando algo me incomodaba). En el colegio empezaron a llamarme la -mata profes-, por un lado seguía con vergüenza y por el otro (la voz en mi cabeza) me sentía como una genial porque al menos ya todo el colegio me conocía.

Después de mes y medio empecé a jugar todo tipo de deportes, básquet, fútbol y vóley (Esto fue lo único que me logró estabilizar las emociones un tiempo) para poder entrar al equipo de Qui-Bio, fui una de las mejores deportistas ese año, recibimos un trofeo en futbol por quedar campeonas del colegio, en básquet nos invitaron a jugar con otros colegios y ganábamos también mientras que en vóley quedamos en tercer lugar. Practicando deportes conocí a las chicas de contabilidad, la mayoría ahí eran lesbianas y bisexuales entonces me sentí llamada hacia ellas, todos los recreos pasaba junto a ellas y conociéndolas un poco, hasta que de pronto un día recibí una carta de -UNA ADMIRADORA SECRETA- que me esperaba en el baño de contabilidad en el segundo recreo. ME SENTIA ASUSTADA pero la curiosidad me mataba, la voz en mi cabeza sólo me decía: -Qué loca estás al querer ir-, ¿ENTONCES SI ERES LESBIANA?, ¿Y QUÉ DIRAN TUS PAPÁS?, ¿RECUERDAS QUE NO HACE MUCHO TE MATARON A TU HIJO Y AHORA YA QUIERES EXPERIMENTAR CON MUJERES?. 

No fui al final, me repetía y me repetía que no era gay y que debía alejarme de esas amigas gays.

Pasó una semana y me tocó ir a la casa de una compañera que luego se convertiría en mi mejor amiga del colegio, Angie -la mas alta de mi salón-, ella me preguntaba: ¿Por qué quieres ser la relajosa? Tienes full cerebro para ser la más pilas del curso, siempre te copio en matemáticas y los exámenes de ciencias o anatomía. Deberías enfocarte en otras cosas y no en reunirte con personas pendejas. Me quedé en silencio. Sin embargo al rato me asomé en la ventana y vi a otra compañera del curso -Verónica-, la verdad sentía una atracción muy fuerte por ella, Angie se percato como la quedé viendo y la llamó. Vero se acercó, entró a la casa y subió a la terraza donde saludó con Angie y conmigo. Asustada le pregunté si vivía cerca de la casa de Angie y me dijo que si. Seguimos conversando las tres y de pronto Vero me preguntó: ¿Eres GAy?. Me asusté y dije: ¡NO! -JAMAS HE BESADO A UNA MUJER- (sin recordar ni un poco lo que había experimentado de niña). Entonces Verónica se puso de pie, me agarró el abrigo con el que andaba y me besó. 

DESCUBRIENDO MI ADICCIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora