Incomprendidos

2. Daxton

¿Por qué a mi?

No importa si eres buena persona,

habrá turbulencias,

porque hasta el maestro más sabio

tiene nuevas lecciones por comprender.

— Rafael Cabaliere (Alzando vuelo)

Roto

¿Cuál es realmente el significado de "normal"?

 ¿Parecerse a los demás?

¿No resaltar demasiado?

¿Ser conocido, pero no demasiado?

¿Ser agradable y no causar problemas?

No estoy seguro, pero sé que normal, no soy.

No me parezco a los demás.

Resalto demasiado.

La gente me conoce por mis amistades.

Mi seudónimo es caos, así que no, no soy para nada agradable y causo demasiado problemas, según mi familia...

Familia...

Hace años que perdí eso, una familia. Mi familia dejo de serlo desde el momento en el que me llamaron desgracia humana, en el momento en el que hablaron mal de mi, cuando me echaron de casa sin razón alguna.

Sigo viviendo con ellos, pero porque dependo de ellos. Soy menor y no puedo escaparme de casa, sin embargo, aun me quedan unos meses para dejar de ser menor. En unos meses seré libre y podre deshacerme de las cadenas que se fueron formando al rededor de mi cuello durante estos años de condena.

Aun lo recuerdo como si fuese ayer, la primera pelea con ellos: mi hermana, mi hermano, mi madre y mi inexistente padre.

Inexistente porque huyo cuando apenas nací.

¿Acaso fui yo quien decidió aparecer en esta cruel vida? 

Y duele... Duele fingir que todo está bien cuando no lo está. Sonreír, cuando realmente quieres llorar a mares. 

Duele saber que mi hogar se a convertido en territorio enemigo, que pase lo que pase, ellos no te mirarán por que les das igual.

Y lo que realmente duele, es saber que la única persona que te cuidaba y te apoyaba en todo momento ahora esta siendo devorado por las lombrices bajo tierra.

— Y que nunca más te podré ver.— digo dejando escapar mis lágrimas.— Te extraño, abuelo.— un nudo de me forma en la garganta y las ganas de gritar aumentan. Quiero grita joder.

— ¿Cuántas veces me pediste que aguantara y que no me rindiera? Miles, y ahora siento que te estoy defraudando.— apoyo mi cabeza de lado sobre la lapida. Me da igual si me veo mal por fuera, cuando por dentro me estoy pudriendo poco a poco.— Nadie querrá a una persona rota, nadie me querrá.— de nuevo caen lágrimas de mis ojos.

— Solo tu apreciabas mis defectos, tal y como eran. Siempre me lo recordabas así: "Solo los ojos más honestos leerán la hermosa verdad que llevas por dentro, mientras tanto, los villanos te juzgaran por cada paso que des. Y créeme hijo, eres el libro más bonito que he podido leer en toda mi vida."— recito las mismas palabras que él me dijo antes de darme un beso de buenas noches hace exactamente ocho años.

Un par de lágrimas más caen de mis ojos, y de repente mi móvil empieza a vibrar. Secándome las lágrimas, saco del bolsillo trasero de mis vaqueros mi teléfono y miro la pantalla. Un mensaje de Pax, mi mejor amigo y el que lleva a mi lado desde que era un crio y apenas sabia abrocharme una chaqueta.