•𝙱𝚕𝚘𝚘𝚍•

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૮ ˶ᵔ ᵕ ᵔ˶ ა

Todos dentro del refugio escucharon el grito más chillón y fuerte que escucharon alguna vez en su vida, seguido de este una pelirroja corría rápidamente buscando al de cabellera carbón.

Se estaba muriendo.

Ella lo sabía, lo que le estaba pasando no era normal.

—¡RAY! —el nombrado salió disparado de la cocina llegando con un mandil y las manos embarradas que quien sabe qué.

—¡¿Emma sucede algo?! —rápidamente el comedor se llenó de sus hermanos. Gilda junto a Anna estaban al borde del desmayo.

—Ray, se sincero ¿Cuánto tiempo de vida me queda? —ahora su rostro pasó de terror a confusión.

—Primero cuéntame que sucedió.

Un silencio se instaló en el lugar, la tensión era palpable, todos estaban preocupados por Emma, aunque desconocían el motivo de su posible fallecimiento.

—¡Estoy sangrando Ray! —tardó en procesarlo, la observó de arriba abajo, intentando identificar de dónde provenía el sangrado. Hasta que vio escurrir de las piernas de Emma algo rojizo, eso alarmó a todos— ¡Estoy orinando sangre!

—¡¿Emma va a morir?! —Gritó la pequeña Shelly apretando con fuerza sus manitas— ¡Ray tienes que salvarla! —esta vez fue un lloriqueo, seguido de muchos más por parte de los menores.

El azabache se masajeaba el puente de la nariz, Yuugo, que aún estaba amarrado a una silla, intentaba no reírse a carcajadas, la situación en si le parecía de lo más graciosa.

—Tranquilos niños, los cuidaré desde el cielo, junto a Norman... —Emma la que ya se daba por muerta, se limitaba a intentar calmar a los niños, cabe resaltar que empeoró la situación.

—¡MIERDA, YA CALLENSE! —junto a ese grito Ray golpeó la pared con la palma de su mano, para llamar la atención— Ah, mierda, eso dolió —acarició su mano, lamentando haberle pegado a la pared— Emma, no te vas a morir... —fue un suspiro general, estaban aliviados de que Emma no se vaya a morir— Se le llama menstruación... Todas las mujeres lo tiene a cierta edad, significa que tu útero ha madurado y puedes parir —tomó aire, era algo que leyó por casualidad cuando estaba en Grace Field, era un libro polvoriento, que estaba casi escondido, no creyó que le terminaría sirviendo esa información. Aunque no lo terminó de leer ya que no entendía algunas páginas.

La antenita ladeo la cabeza, sin comprender del todo.

—¿Y eso que significa?

—Anna, Gilda, traigan unos trapos y papel, también unos calzones de Emma —las chicas acataron la orden sonrojadas. Suspiró nuevamente— Ahora, tú y yo, estamos aquí mirándonos porque nacimos ¿verdad? —Emma asintió levemente— Bien, antes de nacer, estábamos en el útero de nuestras madres —nuevamente Emma asintió mientras se sentaba cruzando las piernas— Antes éramos nada más algo llamado.... ¿feto? ¿esperma...? Ah, creo que me salté esa parte... —sacudió la cabeza— Como sea, la cuestión es que tú ahora puedes quedar embarazada y ser madre.

—¿Y cómo...?

—Ni me preguntes no tengo ni la menor idea.

—Teniendo sexo —habló Yuugo de manera natural— Oye ciclope, eres bueno dando clases, y lo hiciste sin sentir vergüenza.

—¿Debería tenerla? El libro dijo que era algo natural —Yuugo carcajeó más fuerte

—Hay la juventud —habló el hombre que hacía unas horas dijo no ser tan viejo.

Los dos suicidas dialogaron, como padre e hijo. Yuugo le explicaba a Ray sobre la sexualidad y también le dio indicaciones sobre un libro que había en la biblioteca que detallaba ese tema. También los pequeños escuchaban la conversación, curiosos por las palabras del mayor, parecía un sabio. Emma solo se limitaba a observar, hasta que ya no pudo con la duda de esa pregunta que martillaba su cabeza y que aún no era respondida.

—¿Qué es sexo?

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Así me dejaron esperando a Yuugo 🤡

Pero si hubo cachetada, estoy satisfecha. 


❝𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 ℛ𝒶𝓎ℰ𝓂𝓂𝒶❞ ❪𝑇𝘩𝑒 𝑃𝑟𝑜𝑚𝑖𝑠𝑒𝑑 𝑁𝑒𝑣𝑒𝑟𝑙𝑎𝑛𝑑❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora