❝𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 ℛ𝒶𝓎ℰ𝓂𝓂𝒶❞ ❪𝑇𝘩𝑒 𝑃𝑟𝑜𝑚𝑖𝑠𝑒𝑑 𝑁𝑒𝑣𝑒𝑟𝑙𝑎𝑛𝑑❫

•𝚃𝚎 𝚛𝚘𝚋𝚊𝚛𝚎́ 𝚞𝚗 𝚋𝚎𝚜𝚘•

¿Lo que su pequeño corazón sentía, era correcto? No, definitivamente no, era totalmente incorrecto e inmoral, no podía tener esa clase de sentimientos, y menos por un profesor ¡SU profesor!

Su mirada se perdía en sus bellos ojos gris oscuro, definitivamente su latiente corazón no le hará caso. Y a pesar de todo, no podía evitar amarlo.

Fue inculcada con esa preciada regla, Diana siempre se lo dijo y aunque a Yuugo no le importara, debía seguirla.

"No puedes, no debes relacionarte con un hombre casado, sería la peor deshonra para una mujer y para su familia, Emma"

Pero él no era casado ¿verdad?, no portaba un anillo en su dedo anular.

— Hoy hablaremos sobre la segunda guerra mundial —habló el profesor Ray encendiendo el proyector.

La imagen de una hermosa chica se mostró frente a la clase, quienes parecían muy curiosos por dicha mujer.

— ¿Quién es ella, profesor? ¿Es su hermana? —Preguntó Don en tono burlesco.

— En realidad ella es mi esposa —suspiró fastidiado observando la imagen de su esposa— ¿continuamos con la clase?

El corazón de la pequeña Emma se fragmento, no solo él estaba casado, parecía que la peculiar relación de ambos era solo producto de su imaginación.

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La clase culmino, era hora de regresar a casa.

—Emma, ¿puedo hablar contigo? —La persona que causaba que su corazón latiera como si estuviera en una maratón le habló, parecía estar apenado.

— Dígame, profesor —contestó respetuosa, no podía dejarse llevar por sus sentimientos.

— No aquí, — sentía las miradas de los demás posarse sobre ellos— sígame, alejémonos de los cotillas— los presentes desviaron la mirada y se fueron lo más rápido posible.

Emma siguió a su querido profesor, y llegaron a un lugar apartado. Tal vez estaba jugando con fuego pero, lo que sea que el azabache le fuera a decir era lo que menos importaba.

—Emma, — hizo una pausa un poco larga— ¿estás en una relación con Oliver?

— ¿Eh? — Ella arqueo una ceja y observo a Ray con los ojos en blanco— Oliver y yo somos amigos desde muy pequeños, somos como hermanos, JAMÁS saldría con él —su relación con Oliver era estrecha y Ray estaba celoso de esa cercanía, solo que Emma no se daba cuenta.

Ray suspiro aliviado, eso le sorprendió bastante.

—Entonces no hay nada que me impida robarle un beso ¿no? — esbozo una sonrisa juguetona.

Emma se quedó petrificada ante ese comentario, cuando logro procesarlo sus mejillas se tornaron de color carmesí y su corazón bombeaba sangre a todas partes de su cuerpo.

— ¿Qué dices que dijiste? — Preguntó al estilo Hannah Montana.

— Lo que escuchaste, te robaré un beso un día de estos, prepárate Emma—su lado juguetón salió a luz.

— ¿Pero usted no tiene esposa?

— A la mierda mi esposa

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Ray caminó lentamente por la ciudad, llegó a una florería y compró un ramo de dalias; con delicadeza el vendedor las ató con un listón rosado que hacía sinfonía con esas flores, las adornó con encaje blanco y se las entregó.