Día de los enamorados

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Según lo que me contó Izzy, hoy es San Valentín. Una especie de fiesta para celebrar con tu pareja. La verdad no entiendo estas fiestas mundanas. ¡La gente que este soltera se debe sentir mal cada San Valentín! Y encima se dan regalos, flores y chocolate. ¿Esto es una fiesta para las personas enamoradas o para las tiendas?

Pero Izzy me ha dicho que es una fiesta muy romántica y que debo salir con Magnus, así que aquí estoy. Camino al loft de Magnus con un ramo de flores, y un regalo para Magnus Bane, mi novio. Mi novio. Siente tan bien decirlo...

Llego al edificio y abro la puerta con la llave que me dio Magnus hace poco más de un mes. Subo al loft y llamo el timbre, ya que Magnus podría estar haciendo cualquier cosa y no quiero molestarlo.  No pasa ni un minuto que Magnus abre la puerta del loft.

- ¿Alexander? -exclama sorprendido.

- Feliz San Valentín Mags -digo tendiéndole el ramo de rosas hacia él.

- Oh, Alexander -susurra.

Magnus agarra el ramo de flores y se lanza a besarme con ferocidad, demostrándome con sus labios todo el amor que siente por mí. 

- Alexander, no me lo esperaba. Los nefilim no celebráis fiestas mundanas, ¿porqué conoces San Valentín? 

- Ah, eso... Izzy me habló de la fiesta -contesto con sinceridad y un poco avergonzado.

- Por Lilith, amo tu sonrojo -dice Magnus, mirándome con una sonrisa.

...

Estamos estirados en el sofá, Magnus apoyado contra mi pecho, con los ojos cerrados mientras yo acaricio suavemente su rostro.

- Alexander - susurra totalmente relajado.

- ¿Si amor? -pregunto sin dejar de acariciarlo.

- Te amo, eres lo mejor que me ha pasado -dice mientras se gira, quedando cara a cara, el encima de mí.

- Yo también te amo - veo como Magnus sonríe antes de besarme suavemente, demostrándome todo el amor que siente por mí.

De golpe, recuerdo el regalo de Magnus. Le levantó rápidamente, tirando a Magnus al suelo.

- Si tq querías levantar lo decias, no hacía falta tirarme al suelo - comenta Magnus con un puchero, frotándose la cabeza.

Me agachó a su lado, dándole un beso en la sien.

- Lo siento, pero me olvidaba de algo.

Ahora Magnus me ve totalmente extrañado.

-¿Que?

Llevo mi mano a mi bolsillo trasero, sacando una pequeña caja. La cual tiendo hacia Magnus. El la coge sorprendido.

- ¿ Que es esto Garbancito? -dice suavemente, tocando la caja.

- Tu regalo de San Valentín. Pero, antes de que lo abras...

Salgo corriendo hacia un armario que hay en nuestra habitación, donde guardo todo mi equipo y traje. Busco entre todas las armas hasta encontrar lo que busco, y vuelvo a la sala de estar. Me acerco a Magnus y me siento a su lado, todavía en el suelo.

- Ya puedes abrirla.

Magnus abre la pequeña cajita, y al ver lo que hay dentro, empieza a llorar.

- Alexander, ¿Esto es lo que creo que es?

-Si, es el anillo Lightwood.

-¿ Porque, porque me lo das? Es muy importante para ti...

- Tu también eres muy importante para mí Mags, los anillos familiares se los regala a las parejas, cuándo sabes que quieres pasar tu vida con ellas. Magnus, tu eres muy importante para mí, eres el amor di mi vida. Por eso te he querido dar el anillo.

Magnus se abalanza contra mi, sollozando, susurrando palabras de amor en mi oído. Pasados unos minutos, se separa.

- También tengo esto - digo, tendiéndole un estuche grande.

Magnus abre el estuche, y ve lo que hay dentro confundido.

- Alexander,¿me has regalado un equipo de tiro con arco infantil? Se que no se me da bien, pero creo que al menos podré utilizar uno adulto. -reprocha indignado.

-Magnus, no es un equipo de tiro con arco infantil cualquiera, y no es para que aprendas - le digo, riendo suavemente- Es mi primer equipo, con el que aprendí.

Magnus me mira con total asombro, y coge el arco con total adoración. Acariciándolo suavemente.

- Garbancito, esto es demasiado, no puedo aceptarlo.

- ¿Porque no Magnus? Quiero dártelo, quiero que cuando no esté aquí, tengas algo que me pertenezca, algo que sea parte de mi historia. No quería comprarte cualquier regalo sin valor sentimental.

- Alexander, cualquier regalo que me hagas, será increíble y será un tesoro para mí. Solo por el simple echo de que me lo has dado tu. Eres el amor de mi vida Alexander, te amo.

Me lanzo a abrazar a Magnus fuertemente, para después besarlo con pasión y fuerza. Pero él se separa riendo.

-¿Qué te hace tanta gracia?

- Yo no te he regalado nada.

ABC Malec  (One-shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora