Capitulo 13.

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[Solo espero que no te arrepientas de tu decisión...]

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En la mañana nos levantamos muy temprano, ya era momento de volver, no tardaríamos mucho así que llegaríamos alrededor de las 11 de la mañana.

Subimos las cosas al auto y verificamos al menos tres veces que no estuviéramos dejando nada, Jean fue a pagar las habitaciones del hospedaje y entonces fue que nos retiramos, yo aún me sentía algo inquieto por lo de Annie, pero no podía hacer mucho, apenas y la conocía, y ella debe tener sus razones para casarse con Eren.

Solo un tonto se casaría con el.

De camino nuevamente íbamos escuchando música, compramos algo de refrigerios para el camino, los cuales no duraron mucho gracias a Sasha y Connie, era de esperarse.

El camino iba tan tranquilo, no se presentó ningún inconveniente y todo salió tal como lo esperábamos, al llegar llevé a los chicos a sus respectivos hogares, Mikasa seguía quedándose conmigo y Hisu, aunque Hisu se irá en una semana...

Dejamos las cosas en el departamento y simplemente me tiré en el sofá, Mikasa venía como si nada, a mí me dolía el cuerpo entero, sentía como si fuese a morir.

Mikasa se acercó a mí y simplemente me dió unas palmadas en la cabeza, algo tipo "Pat Pat".

-¿Quieres que te prepare un té?

- De limón por favor...

- Está bien.

Me quedé ahí tirado boca abajo y ella simplemente se retiró a la cocina, entonces fue que recibí una llamada inesperada de parte de la rubia.

~¿Bueno?

~No espera que respondieras, pero eso es bueno.

~No te preocupes, no soy tan malo como para ignorarte.

~Me alegra... ¿Te gustaría que nos viéramos?

~Me parece extraña la invitación tan repentina... Aunque creo que está bien...

~Entonces nos vemos en el parque a dos cuadras del casino de Siempre en una media hora, ¿Te parece bien?

~Pues... -En ese momento llegó Mikasa a dónde estaba con una taza, asintiendo- Está bien, te veo ahí.

~Muy bien, te estaré esperando.

Antes de poder despedirme ella colgó, Mikasa acercó la taza hacia mi y simplemente empecé a dar pequeños sorbos de ella, estuvimos un momento en silencio, después fue que se atrevió a hablar.

— Ve con cuidado.

— Está bien, no iré a un lugar tan peligroso...

Volví a tomar mis cosas y salí hacia el lugar de reunión, al llegar ahí estaba ella, con su rostro tan serio como siempre, me acerque y le toqué el hombro, no pareció sorprenderse o algo.

— Armin, quiero que no cuentes sobre lo sucedido a nadie, puede traerme problemas...

— Lo sé, el anillo en tu mano lo dice todo.

— Pero- ¿Cómo lo sabes?

— Se nota aunque intentes esconderlo.

— Entiendo...

— Perdona pero... ¿Quién es tu prometido?

Podrá sonar algo estupido, pero necesitaba asegurarme que no era aquel estupido de mierda de Eren.

—... Eren Jeager, ¿Por qué te interesa?

— Es solo que... Conozco a Eren... Es un hijo de puta mujeriego, no creo que realmente quieras estar con él.

— Lo sé, nadie querría estar junto a el, pero es algo que tengo que hacer si o si.

— Uhm... No quiero ser entrometido, pero... No quiero que eso suceda.

—¿Disculpa? No sabes de qué hablo, no tienes ni la menor idea de porque hago esto, Armin.

— Se que tienes tus razones, pero, ¿Estás segura que vale la pena hacerlo? Estás entregando tu vida a un depravado y psicópata de mierda, eso no es muy bonito que digamos.

— No me importa, lo hago para sobrevivir.

— No vas a sobrevivir a lado suyo...

—¿Y a ti qué te importa? Es mi vida y puedo hacer de ella lo que quiera.

—... Bien. Cómo quieras.

Tenía razón, yo no tenía el derecho de decirle que hacer y que no, no podía decidir por encima de ella, solo soy su amigo y nadamás.

Me levanté de mi lugar y salí a paso apresurado de ahí, no quería seguir con esa absurda pelea que estábamos teniendo.

Caminé un rato más y me detuve en un café, nisiquiera me aseguré de que llegara bien a casa, que estúpido había Sido... Debía regresar a ver qué había Sido de ella, si se encontraba bien...

Salí corriendo nuevamente y volví a aquel lugar, al llegar no había nadie, no estaba ella... Era Probable que se hubiera ido antes de que llegara, ahora no se cómo le iba a explicar que solo me preocupaba por ella...

Volví al departamento y hablé de aquello con Mikasa, ella me entendió y me sugirió que fuese a verla mañana, probablemente se encontraría mejor, asentí y mejor fuí a dormir, no podía dejar de pensar en lo estúpido y patético que me había visto...

Todo o Nada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora