Capitulo 14.

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[No importa de que forma lo veas, no siempre podemos conseguir lo que queremos...]

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Me encontraba en un estado de Shock.

No sabía que responder.

¿Era verdad lo que me decía? Bueno, eso daría explicación a muchas cosas, pero aún no logro procesar toda la información. Es obvio que alguien no jugaría con estos temas, pero, ¿Hasta este extremo? Eso es algo exagerado.

Y se que se preguntarán: "¿A qué te refieres, Armin?"

Bueno, retrocedamos un poco atrás, tres horas exactas.

Por la mañana me había levantado de lo más tranquilo, hasta que los recuerdos del día anterior invadieron mi mente, y el ridículo que hice intentando convencerla de que no se casara con él patán pulgoso de Eren, obviamente eso no resultó y ahí me tenían en la cama quejándome de lo inútil que había Sido.

Entonces Mikasa entró al cuarto con el celular en mano, pregunté quién era, parecía ser Levi, quería hablar conmigo.

—¿Bueno?

~ Escuché de tus aventuras con aquella rubia, no esperaba eso de ti, pero bueno, te voy a decir algo, no trates de obligarla a que haga algo que tú no quieres, debes persuadirla para evitar que lo haga, o que al menos dude en hacer eso, ¿Puedes hacerlo, no? Eres experto en manipulación.

— No lo pongas de esa forma... Simplemente se jugar bien mis cartas...

~ Por lo visto con ella no está resultando, no busques "atacar" de forma directa, eso es suicida y patético, trata de tirar el pilar que mantiene todo en pie, eso hará que todo se venga abajo, y cuando suceda...

— Cuando suceda tendré que manipularla para hacerle creer que estar conmigo es la mejor opción, ¿No? Es algo... Fuera de mi zona...

~¿De tu zona? Arlert, escúchame bien, tu zona es la manipulación y predecir mentes, eres un puto genio, usa eso a tu favor.

—... Lo haces ver cómo si fuese alguien malo.

~ No importa, solo haz lo que tengas que hacer, en fin, tengo que irme, dile a Mikasa que en para la tarde estaré llegando e iré a verla.

— Uhm ... Está bien.

Terminé la llamada y devolví el celular a Mikasa, quién estaba preparando el desayuno, terminó la comida y nos sentamos frente a frente en silencio, hasta que ella habló.

— Perdón por decirle, pero no sabía cómo ayudarte exactamente.

— No te preocupes, honestamente me fue de ayuda... O un poco...

— Supongo que nuevamente propuso la manipulación, ¿No?

— Si.

Todo o Nada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora