Se ha formado un silencio incómodo entre nosotros, y la verdad no sé el porqué, Eriol es un completo enigma, se ha quedado mirando todo como si estuviese buscando algo, pero ¿qué? ¿qué podría interesarle de mi casa? Igual y estoy alucinando lo que es muy común en mí últimamente.
Le ofrezco algo de tomar, intento por todos los medios que el silencio incómodo desaparezca, sin embargo, mis alucinaciones son más intensas, podría jurar que Eriol se ve incómodo en la casa, aunque es la primera vez que él viene, no tendría porqué sentirse incómodo ¿no?
Mamá aparece, tal parece que se pudo desconectar de sus pendientes por un momento, sus ojos pasean de un lado al otro al ver a Eriol y a mí juntos, incluso se ve sorprendida, lo mismo puedo decir de Eriol, es como si ellos se conocieran desde hace mucho tiempo, pero es imposible.
–¿Qué hace este tipo aquí? –cuestiona con desdén mamá–
–Madre –digo un poco apenada, no esperaba que se expresara así–
–Lo quiero fuera de mí casa –espeta sin piedad alguna–
Eriol no dice nada, permanece inmóvil a mi lado, no entiendo el comportamiento de mamá; incluso me siento avergonzada por su manera de actuar, ¿qué bicho le habrá picado.
–Te veo mañana para ir a la feria –al fin habla Eriol– con permiso señora.
En verdad no sé si mi mente me está jugando una broma, o la palabra señora la dijo en un tono demasiado despectivo, ¿se conocerán? ¿de qué me habré perdido?
Estoy por acompañarlo a la salida, más mi madre me lo impide, tira de mi brazo tan fuerte que no puedo evitar quejarme, ¡qué le pasa! Una vez que se escucha que la puerta se ha cerrado la miro en espera de alguna explicación.
–Ni se te ocurra volver a tratar a ese sujeto –amenaza– no te metas con él.
–¿Por qué? ¿Qué sucede?
No dice nada, se da la vuelta y me deja sin respuesta alguna, si de por sí no entiendo a mi mamá; ahora menos, se está comportando muy extraño y no entiendo por qué no quiere que me lleve con Eriol, para su mala suerte, soy mayor de edad, por lo que no pienso acatar su orden, yo iré con Eriol a esa feria y seré su amiga, tal vez y solo tal vez más adelante lleguemos a ser algo más, uno nunca sabe que es lo que nos depara el destino.
***
–Muy bien Tomoyo, ¿trajiste todo? –pregunta la psicóloga–
Le enseño la caja que he traído, me ha costado mucho meter cada cosa que Touya me regaló, sin embargo, es tiempo de la terapia y me pidió que lo trajera todo, y eso es lo que he hecho, con todo pesar metí cada obsequio que recibí por parte de mi ex.
Me explica paso a paso lo que debemos hacer, ella ha encendido la chimenea que creí que era de decoración, pone igual unos contenedores cerca de nosotras, en el fuego dejaré ir aquellos recuerdos escritos, las cartas y notas que Touya me dio, en los contenedores; colocaré los regalos que puedan ser donados, y déjenme decirles que son bastantes.
Una parte de mí siente alivio al ir vaciando la caja que he traído llena, otra parte de mí siente una opresión al ver esas notas y cartas que él me mandaba con amor, porque Touya siempre encontró la manera de demostrarme su amor, tal vez no era muy expresivo, pero al momento de escribir salía a relucir todos sus sentimientos hacia a mí.
–¿Cómo te sientes? –pregunta la psicóloga–
–Vacía –contesto mientras veo la última carta quemarse, me ha dolido–
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Subasta de Citas Vol I
FanfictionLa fundación Amamiya es una de las más importantes en Tomoeda, debido a que brinda techo, educación, vestimenta y comida a muchos niños necesitados, creada por Masaki Amamiya, quien ha visto por los intereses de los pequeños que llegan al lugar, lo...