Capítulo 1: La llegada.

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MIRIAM PV.

Y sí, ya era un hecho, mis padres me habían cambiado de instituto a la mitad del curso, y lo mejor de todo era que no conocía a nadie de allí, bueno, excepto a Eva, mi mejor amiga, ella también se cambiaba de instituto conmigo, ya que, mi madre y sus padres son muy amigos.

Mañana empezaríamos las clases, por lo visto y a mi favor, Eva y yo estaremos en la misma aula.

Mi madre me extrajo de mis pensamientos.

- Eva está esperando en la entrada, dice que habías quedado para preparar todo para ir mañana al instituto.

- Dila que suba como siempre.

Mi madre me mostró una sonrisa y cerró la puerta de mi cuarto. Se oían los pasos de Eva subiendo por las escaleras de la casa. Abrió la puerta.

- Hey Miri, ¿cómo vas con los materiales para el instituto?

- Ya tengo todo listo. ¿Y tú?

- Casi todo, necesito que me acompañes a la papelería, mi madre me a dicho que esta al acabar la calle.

- Claro, ¿qué es lo que tienes que comprar?

- Ah, sólo son los bolígrafos y los lápices.

- Vale bién, cojo mi chaqueta y me pongo los zapatos y nos vamos. - cogí unas converse que tenía a mano y una chaqueta deportiva negra, y nos fuimos hacia la planta baja de la casa.

Le dí un beso a mi madre y le dije que volveríamos en un rato.

Salimos por la puerta y Eva me indicó el camino ya que no sabia ni para donde iba, sólo llevaba dos días en mi nueva casa y mi cuarto todavía estaba lleno de cajas sin abrir.

- Miri, aquí es. Pasa tu delante.

- Vale. - abrí la puerta de la papelería y ví un sueño hecho realidad, una tienda totalmente llena de útiles de dibujo. - Eva, quiero quedarme a vivir aquí, ¿me dejas?

- Claro luego te dejo aquí y me voy, después no me llames diciendo que te has perdido y estás en Canadá. - se rió dulcemente.

La miré con una sonrisa exagerada, dándole a entender que como se le ocurriera hacer eso, encontraría el camino a su casa y la daría una paliza de cosquillas, las odia. Me reí en mi mente.

Estaba ayudando a Eva a escoger los bolígrafos para clase, cuando de repente, un chico de pelo negro y de ojos medio verdes entró por la puerta de la tienda. Tenía una sonrisa muy bonita. Al parecer Eva ni se había percatado de que había entrado alguien, ella seguía concentrada decidiendo si comprar bolígrafos de una marca o de otra.

El chico me miró durante unos segundos con la misma sonrisa con la que entró y luego dejó de mirarme para pagar su compra e irse.

- Ya lo tengo todo, vamos a pagar y creo que ya nos podemos ir. - yo seguía en mis pensamientos- hey Tierra llamando a Miri, ¿me has escuchado?

- Mm... Si si, claro como tu digas amiga.

- Ya ya, a ti te pasa algo. ¿Es por el chico que se acaba de ir?

- ¿Lo habías visto?

- Claro yo tengo ojos para todo, parecía simpático.

- Si yo también lo creo.

La dependienta de la papelería le dio las vueltas de la compra a Eva y fuimos hacía la salida de ella. Salimos de la tienda y fuimos a casa de Eva para dejar las bolsas en su cuarto, ella tampoco había empezado a abrir las cajas de la mudanza.

- Eva ¿quiéres que te ayude con las cajas?

- Claro, me harías un gran favor, tengo muchas cosas y hacérlas yo sola sería un aburrimiento, pero gracias a dios te tengo a ti mi chica.

- Ya ya, pero prométeme que luego me ayudarás con las mías.

- A la orden mi capitán, eso está hecho. - su comentario hizo que nos empezáramos ha reír como una psicópatas y casi a darnos convulsiones de la risa.

Después de una hora colocando cajas, ya estaba todo en su sitio, la habitación quedó fantástica, muy verde, con plantas y cuadros de fantasía y mitología que era lo que la apasionaba a ella.

En ese momento amé a su madre, la que nos trajo unos zumos y me dij que como era tarde ya me quedara a dormir allí, lo mejor es que la cama nueva de Eva era para dos lo que a mi me encantó, esa noche estuvimos hablando de muchas cosas después de cenar, pero hubo un tema que salió entre medias de nuestras conversaciones

-.Y Miri, ¿por qué te llamó tanto la atención el chico de la papelería?

- Em, pues la verdad no lo sé, me pareció simpático y ademas tenía una sonriza muy bonita.

- Huy, conozco esa mirada, te ha llamado demasiado la atención ¿verdad? ¿o me equivoco?

- No - me reí - solo es que nunca había visto a un chico de esa forma, nada más. No pienses cosas raras que te conozco demasiado bien amiga.

Eva empezó a reirse.

- No no yo no pienso nada raro... no no. - creo que en ese momento su ironía se notaba hasta en Saturno. - Venga Miri, ya esta tarde, toma una camiseta y durmamos que mañana tenemos que ir ya al nuevo instituto.

- Vale aguafiestas - la dije con una mueca graciosa.

Y así fue, nos quedamos dormidas en cuanto nuestra cabeza tocó la almohada, algo poco inusual en nosotras la verdad.

A la mañana siguiente, su madre abrió la puerta.

- Venga chicas, que tenéis que ir a casa de Miriam para que se cambie y coja todos los materiales para el instituto, ah y el desayuno ya esta listo. - cerró la puerta.

Eva abrió un ojo y se levanto en modo zombie y empezo a andar medio dormida para sacar su ropa y ponerse a vestirse. No se complicó mucho cojió unos vaqueros unas deportivas y una sudadera gris.

Yo, mientras todavía estaba medio dermiday estaba buscando la ropa que me puse en día anterior. Luego ya me pondría una ropa limpa cuando llegase a casa. Mientras que Eva se estaba terminando de vestir, yo fuí al baño a peinarme y a hacerme una coleta de mi melena rizada. Cuando terminé volví a la habitación de la que Eva ya estaba saliendo para dirigirse al baño. Entre en ella y cogí mi chaqueta, espere a Eva hasta que salió del baño, para bajar juntas, esta me mostró una sonrisa risueña, nunca mejor dicho.

En cuanto terminamos de desayunar nos despedimos de los padres de Eva y partimos hacía mi casa.

Ya en mi cuarto me quite la ropa y me puse a buscar mientras que Eva me ayudaba bajandome la mochila a la planta baja, me encanta cuando hace eso. Me puse unos vaqueros negros y un jersey blanco y las mismas converse que llevaba. Me terminé de hacer bien la coleta y bajé los escalones de la escalera de dos en dos, volví a cojer mi chaqueta y nos despedimos de mi madre.

Yo ya me sabía el camino al instituto, mi madre me lo explicó en día que llegamos aquí, teníamos que coger el autobús escolar que nos llevaría junto con los demás alumnos de la zona, mientrás estaban subiendo al autobús, eché una mirada a la gente que ya estaba sentada en los asientos. Ahí estaba, es chico de la papelería, junto con un chico con gafas y medio rubio que parecía muy extrovertido.

Eva y yo al fin nos sentamos en unos de los asientos, la gente nos miraba, era normal éramos las únicas nuevas de ese autobús. Se veían grupos muy definidos sobre los estudiantes, algo normal.

Eva me echó una mirada de agobio. La entendía.

El autobús se paró y la gente empezó a bajarse de él, ya habiamos llegado al instituto.

Sin CONTROL. || Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora