VII. Mío (Pedido)

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Nota: Lo que estás a punto de leer nace de un pedido del usuario: PuniPuni_Wobbie. Dejo la historia del cazador empleado en la parte de abajo, por favor pasen por ahí para más información. Agradeciendo de todo corazón, espero que disfrutes el capítulo.

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||Eli x Occ Hunter||


Uno.

Dos.

Tres y el último en el suelo...

Los pasos resuenan por la fábrica de armas y aquel siseo de una víbora a punto de llegar a su presa le llena el cuerpo de un penetrante miedo.

¿Se ha detenido?

Levanta la cabeza tratando de acomodarse mejor contra la esquina en la que yacía apoyado, la sangre comenzaba a pintar el piso pero de sus labios una pequeña sonrisa amable se mostraba al ver la cara de la que sería su verdugo ese día.

—Así que la explosión de hace un rato era Fiona...

Nota la furia desbordante en aquellos ojos verdes ante la mención de la mujer de los portales. Black sheep no era exactamente la cazadora a la que quieras molestar. Se abstuvo de seguir hablando y en su lugar llevó aquellos dedos enguantados a quitar su capucha y desatar la venda que mantenía aprisionados aquellos zafiros.

La mujer lo observa atentamente guardando su katana de vuelta en la pequeña funda negra que siempre traía en su espalda, Leviathan su querido guardián familiar se deslizaba por su cuello con un siseo sonoro. Eli tenía que atribuir aquello a la molestia de aún verlo vivo, no pudo evitar reír ante ello en lo que pasaba a rascar su nuca algo apenado.

—¿Debo admitir mi derrota y rendirme?

—Muévete.

La voz fría pero firme de la mujer lo obligó a acatar la orden levantándose con lentitud, esperaba que las muecas de dolor que trataba de fingir desaparecieran en un rato. La siguió sin rechistar fijándose en como aquellas coletas altas sumando al viento de aquella temporada ondeaba los mechones negros con gentileza. De un momento a otro logró alcanzarle el paso ganándose una ojeada rápida a la que correspondió amablemente.

Un camino silencioso en el que los ojos verdes no se habían despegado de la mano cercana a la suya, maldijo por lo bajo aquel deseo de saber como sería entrelazarla contra la ajena.

En los dos meses que se mantuvo atrapada en la mansión ese maldito vidente no había dejado de aparecer en su cabeza y hacer de su cordura un lío.

— Ai...—la cazadora dió un pequeño respingo levantando aquel rostro bonito con un ligero sonrojo adornando sus mejillas ante el llamado—. Hemos llegado —notifica el único superviviente señalando la escotilla frente a ellos.

La más pequeña arruga con levedad el entrecejo dispuesta a retirarse del lugar una vez su trabajo de llevar al vidente para que escape se ve finalizado, pero el repentino agarre de su mano la detiene.

—¿Por qué? —indaga el castaño necio a soltar la mano que ahora se encontraba apretada contra la suya.

—De todas formas seguirás vivo aunque tus extremidades y la sangre salgan volando por el aire—miente, no del todo, pero Eli sabe que esa no es razón para dejarlo ir únicamente a él todas las veces que se ha topado contra la cazadora—. Cualquiera en tu lugar estaría agradeci...

Las palabras se borran de su mente cuando la cálida sensación de los labios ajenos se expande por los propios, Leviathan ruge de rabia y antes de que el hombre pueda ser atacado por la serpiente se separa aún sonriente.

Sᴛᴀʀs Fᴏʀ Tʜᴇ Mᴏᴏɴ ﹙Iᴅᴇɴᴛɪᴛʏ V﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora