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Solloce una vez más mientras pasaba el largo de mi dedo por mi nariz, sorbiendola un poco. Sentía los ojos hinchados de tanto llorar en el camino a la mansión Hargreeves.

—Llegamos, mi vida. —anuncio mi madre.

Habían pasado años desde que no veía la casa en la que me había criado, y el peso de la realidad era muy grande. Nada había cambiado por fuera, a excepción de la calle por la que estaba. Ahora la mansión Hargreeves parecía sacada de una película de terror,era totalmente escalofriante y silenciosa.

Al bajarme pude sentir el aire chocar contra mi cara, exale profundamente el aire fresco y solo olía libertad. Una palabra con un significado muy dulce.

THE UMBRELLA ACADEMY [PRIMERA PARTE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora