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Capitulo 4.
Primer momento
"Amo a mis hermanos."


—¿Algo que quieran decir, niños? -pregunta después de su "discurso" el director, yo alzó mi mano como pidiendo permiso, pero antes de que me conteste o algo, hablo.

—Amo a mis hermanos. -sonrio.

—Si, eso. Nos ama. -añade sonriente Luther-. Espera, ¿Eso que tiene que ver? -cuestiona después confuso.

—Pues, querido hermanito, -comienzo-, si ustedes no hubieran hecho nada, el se habría salido con la suya, ¿sabe por qué, director? por qué está institución "respetada", no lo es por que ustedes o su familia lo haya hecho así, es por que es un colegio, bastante caro, a mí ver, y aquí vienen todos estos mimados de mami, creyendo que pueden hacer lo que quieran, y a mi me da igual, mientras que no se metan conmigo o mi cuerpo. Estoy bien. Con ninguno de mis hermanos, estoy perfecta. Pero por supuesto, usted no sabe en lo absoluto que pasó para que ellos se pelearan, ¿no?

El director abre varias veces la boca, queriendo argumentar algo, pero al parecer no haya que decir o como escudarse por qué sabe que tengo razón aunque no lo admitiera el, lo sabía. Pues nadie puede tocarme, menos como el lo hizo. La verdad, si no fuera por qué Cinquito actuó rápido contra el, tuviera un hielo atravesando la mano, aver si así aprendía a no tocar lo que no debía.

Tenía la maña de callar a las personas con argumentos bastante buenos, a decir verdad me encantaba callarlos, me sentía de alguna manera ¿poderosa? me sentía bien, bastante agradable.

—¿puede darnos el castigo y ya?

—aunque no creo que a mis padres les agrade demasiado el hecho de que castigue a mis hermanos por defenderme o a mi por solo, ser yo. Ya que Melani y Cinco están de prueba que solo fui amable, ellos me hablaron. -fingo inocencia.

También podía llegar a ser bastante manipuladora. Pero tenía razón, no habíamos hecho nada malo, admito que los chicos no debieron empezar dicha pelea, pero meh, no queríamos problemas con papá.

—Bueno, si no pones así, creo que a nadie le agradaría...-tartamudea.

—Exacto, por eso tiene que dejarnos ir a nuestras clases siguientes. -habla Cinco.

—Tampoco le agradaría la idea de que nos hicieran perder clases, viejo. -sigue Diego cruzando los brazos sobre su pecho.

El carraspea; —Pueden irse, pero a la siguiente no se salvan.

¡Genial!

Todos salimos con calma de la dirección, cuando estamos afuera estallamos en risas, si, estamos locos.

—¡Dios, me diste miedo, Cas! -exclama entre risas Luther.

—¡y si, a mí igual! -imita su acción Diego.

Cinco simplemente se adelanta. Yo lo sigo, dejando a los chicos atrás, ya que aunque me molestará demasiado, tenía que agradecerle por lo que hoy había hecho por mi.

—¡Cinco! -le llamo cuando lo alcanzó.

—¿Qué? -suelta sin, dejar de caminar. Lo tomo el brazo, haciendo que pare y se gire a mirarme.

Narrador omnisciente.

Cassie se moja los labios, para hablar. No entendía por qué pero el hecho de que Cinco estuviera viéndola ahí la ponía un tanto nerviosa. Y eso era más que raro.

—Yo.. eh.. gracias. -señala la puerta.

El solo mira lentamente hacia allá, su cara mostrandose neutra, masculina con sus facciones marcadas.

Mostraba eso, pero por dentro era un remolino de emociones, entre ellas impotencia y enojo, impotencia por qué no evito que Liam tocará a Cassie y enojo consigo mismo por no poder decirle lo que sentía.

De nada. -murmura.

Por unos momentos solo son ellos, sin nadie más. Solo son el ojiverde y la ojos miel, ambos perdidos en la miradas del otro.

Pero como todo momento termina, este también lo hizo, ya que fue interrumpido por el timbre y en unos segundos los pasillos volvían a llenarse de adolescentes hormonales.

Ese momento, para ella había sido el primero con Cinco, para el no tanto.

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THE UMBRELLA ACADEMY [PRIMERA PARTE] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora