Báilame (BL)

Términos y condiciones

Todos los miembros del equipo se encontraban celebrando en casa de la maestra María, tomando y comiendo por la victoria obtenida, lamentablemente la maestra no se encontraba presente, por el accidente de Alis en el evento, tanto la maestra María como su hija estaban en el hospital.

-¿Quieren un poco más de salsa?-

En cambio el anfitrión de la fiesta era Eduardo, que también vivía con María y Alis.

-Yo un poquito más por favor- decía Jorge con la boca medio llena -¡Esta buenísima!-

-Se nota que si- Le respondía su novia, mirándolo comerse OTRO taco de pastor.

Todos reían, disfrutaban de sus deliciosos tacos de pastor, de bistec, de suadero, acompañados con deliciosa salsa café, porque no era ni verde ni roja, pero sin duda era deliciosa y después de la victoria todo sabia el doble de delicioso.

-Me regalas otra cerveza por fa, para mi amigo de aquí al lado- decía Mario entre mareado señalando a una chica a su lado.

-¡Soy tu novia!- respondía la chica entre molesta y divertida.

-No eso no, lo nuestro no puede ser, mi novia se va a enojar-

-Oigan no se vale, no sabía que teníamos que traer pareja- comentaba Luis, el último chico del elenco.

-Cálmate Luis, Eduardo no tiene pareja y no se está quejando- le respondía Jorge con otro taco en la boca.

-Pero Eduardo no cuenta- se quejó Luis de nuevo con un puchero de niño pequeño a punto de llorar.

Eduardo dejo de servir salsa y se sentó en la mesa, quería escuchar esta platica, parecía que tomaría un giro divertido.

-¿Por qué no cuenta?- preguntaba Jorge interesado, todos guardaron silencio, Eduardo era el favorito del grupo y querían escuchar lo que Luis respondería.

-Eduardo no cuenta...- decía levantando la vista y mirando a Eduardo a los ojos, que solo le regresaba la mirada divertido -porque Eduardo no es humano-

-...-

-...-

-...-

-¡Qué?-

-¡Solo míralo! es tan hermoso... y se vistió de chica en el último número y llegaron tres chicos a pedirme su nombre y su número- dijo Luis mientras hacia una cara molesta.

-¿se los diste?- Pregunto Jorge ya sin comida en la boca.

-¡Claro que no! les dije que era mi novia y si se atrevían a ponerle un dedo encima...- dijo señalando a Jorge con un dedo como si fuera uno de esos chicos -no tendría piedad- dijo haciendo ademán de cortar el cuello.

-Luis, estas enloqueciendo- dijo Mario.

-Tu no sabes ni como te llamas- respondió Luis mirando molesto a Mario, que efectivamente no sabía ni que día era después de haber tomado quien sabe cuanto.

-Espera espera... ¿te gusta Eduardo?- pregunto la novia de Jorge.

-¿No nos gusta a todos?- dijo Luis mirando a todos en la mesa.

Eduardo abrió los ojos, mirando a Luis con una sonrisa confundida, como todos los demás ahí presentes y hubo un silencio, hasta que se escucho una carcajada.

-¿Definitivamente estas enloqueciendo Luis, debes empezar a conocer gente además de... Eduardo- Dijo María, que llegaba justo en la parte más interesante de la plática, habían salido del hospital y estaban listas para celebrar.