El primer ensayo

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Ya era noche, todo estaba en calma, todo menos la mente de Eduardo, que al parecer no había parado de pensar y pensar. Pensaba en las internacionales, en Alis y Luis, en Julio, después de pensar en Julio se ponía a pensar en cualquier otra cosa, como los números que tenía anotados en papelitos, de los chicos que lo pretendían desde las nacionales y volvía a pensar en todo de nuevo, ya estaba cansado de pensar.

-¿Qué es lo peor que puede pasar?- Dijo, y después tomo uno de los papelitos y llamó al número que tenía, sonó el tono de espera y antes de que pudieran tomar la llamada colgó.

-¿Qué estoy haciendo?- se preguntó cansado, acostado en su cama con la mano en la cara intentando desaparecer del mundo. De inmediato sonó el celular, estaba entrando una llamada del mismo número al que había marcado y contestó.

-¿Bueno?- Dijo Eduardo nervioso, esperando la respuesta.

-Bueno- se escuchó del otro lado de la línea -Tengo una llamada de este número-

-Ammmm... si, me dejaron este número escrito en el evento nacional de baile- dijo esperando que con esto el chico del otro lado entendiera a que se debía la llamada.

-¡Claro claro!- dijo la otra voz entusiasmada -¿Estará la chica del último baile ahí?, una chica muy guapa de ojos color miel- se escuchaba feliz de que respondieran la llamada.

-Si, soy yo- dijo Eduardo, sonrojado por la descripción que dio el chico, después se golpeó la cara como quien acaba de responder incorrectamente y sabe que acaba de cometer un error.

Después hubo un silencio.

-¿Eres un chico?- se escuchó del otro lado del teléfono, no podía ver la cara que estaba haciendo, pero se imaginaba la reacción que tenía.

-Si- Dijo Eduardo sin más, después hubo otro silencio.

Eduardo abrió la boca, pero no dijo nada así que la volvió a cerrar, de pronto un sin numero de groserías se escuchaban en el teléfono, maldiciendo la vida y golpes en la mesa, junto a eso un montón de carcajadas a lo lejos. -Gracias, pero no estoy interesado- Dijo el chico al teléfono, las carcajadas seguían sonando a lo lejos, cada vez más fuertes, después colgó.

Eduardo se quedo ahí en el teléfono, en total silencio, pero más que molesto o decepcionado estaba muy sorprendido, y entonces empezó a reír, ¿Qué acababa de pasar?, se preguntaba mientras reía en la cama, con las mejillas rojas y el teléfono junto a los demás papeles lanzados por ahí.

No salió para nada como esperaba, aunque claro, no es como que esperara algo.

Después de recuperar el aliento se sentó en la cama, la llamada no llegó a nada, pero calmó su mente, ese día había sido muy agotador, pero finalmente podía conciliar el sueño.

El siguiente día comenzó tranquilo, Eduardo había podido dormir y se sentía con ánimos de nuevo para superar los obstáculos del día y eso incluía el primer ensayo con el grupo del maestro Julio.

Se quedaron de ver todos en el nuevo salón de baile que el maestro Julio y sus alumnos habían ganado por el segundo lugar.

-Buenos días chicos, espero que todos aquí nos llevemos muy bien y podamos trabajar en equipo, como saben en los eventos internacionales necesitamos llamar la atención del público, y tres parejas no serán suficiente para obtener el primer lugar, así que ayudaremos a completar el grupo de la maestra María, ¿Alguna duda?- Decía Julio a sus alumnos con una sonrisa, su horrenda sonrisa que marcaba sus arrugas en la cara.

-¿Todos vamos a participar?- dijo una chica seria, del grupo de Julio, era su mejor estudiante, se notaba de inmediato, aunque estaba bastante lejos de llegar al nivel de Alis, mucho menos de alcanzar a Eduardo. -Porque muchos no están al nivel de ir a un evento internacional- dijo mirando a Jorge de reojo, quien apenas se estaba poniendo los zapatos y solo se levanto apenado.

Báilame (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora