8. Plan B

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Deslizo una hoja, e inmediatamente estornudo por el polvo que entra en mis fosas nasales. No es que fuera alérgica, pero el polvo no me agradaba. Paso de página. Esta letra es de mi abuelo, creo que había encontrado su diario. Después de encontrar el libro, me sentí satisfecha; como que si todo lo que había hecho dió resultado. No se si este es el libro que estaba buscando o esperando, pero ya es suficiente con la palabra Secreto en la primera página del libro.

Seguía en la biblioteca, sentada en una silla de madera más vieja que la mansión. Lo que vi por ahora era solo un mapa dibujado por mi mismísimo abuelo. Parecía un mapa del tesoro, como los de un pirata donde el lugar del cofre, estaba marcado con una cruz roja. En la esquina del mapa había una dirección:

                                Wallstreet

                                    3290

                                Lápida 16

   Jamás había visto esa dirección, sabía que no era de esta casa; pero como decía lápida seguro era un cementerio. Paso de página y no era lo que yo esperaba. Todo estaba en un idioma que no entendía. Paso rápidamente las hojas y absolutamente todo está en ese idioma extraño. Bufo muy molesta y cierro fuertemente el libro, lo que le hace liberar algo de polvo. Me levanto y camino hacia la puerta. Ahora mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad, pero seguía teniendo miedo a que aparezca una araña.

Cierro la puerta, no sin antes haber revisado que todo esté en su lugar, ya que Eugene podría sospechar. Camino lentamente para no despertar a nadie y subo las escaleras. Como siempre, las escaleras crujen. Mis dedos del pie se golpean con cada movimiento que hago. Suelto unas maldiciones. Tanteo con mis dos brazos hacia delante tratando en vano de encontrar mi habitación. La luz de la luna entra por una ventana que daba al pasillo, lo que me ayuda a encontrar más rápido mi habitación sin chocarme con nada.

Abro lentamente la puerta y prendo la luz. Lo primero que hago es poner el libro debajo de mi almohada. Me quito la remera y me pongo mi pijama de piñas y sandias. Me ato el pelo y volteo a ver mi cama. Debajo de la sábanas hay un bulto, me sorprendería si no fuera porque fuí yo la que hizo ese bulto con almohadas para que el que entrara crea que estoy durmiendo y no chusmeando en una biblioteca.

(...)

Siento a alguien tocarme el hombro, abro los ojos y me encuentro con Vilma sonriendome.

— Buenos días Kaitlyn, ¿ayer durmió bien?

— Um, sí. — Le digo tallandome los ojos.

— Bueno, levántese que tiene que prepararse para ir al colegio. — Dice y gruño — Rápido, debo hacer su cama.

Vilma siempre hacía mi cama, estaba a punto de ceder cuando recuerdo el libro debajo de mi almohada.

— No, mmm.. déjalo, yo lo hago.. Sino nunca aprenderé a hacer mi cama. — Digo lo más normal que puedo, encogiendome de hombros.

— Lo siento, Kaitlyn. Es una obligación de...

— No me importa, vaya a tomarse.. un jugo. — Le digo lo primero que se me viene a la mente. Ella asiente y rápidamente sale de mi habitación. Me levanto, me ducho y visto en tiempo récord. Agarro mi mochila y guardo en ella el extraño libro que encontré ayer en la Biblioteca. Me dirijo al comedor y tomo algo de café, y me despido de mi mamá. Y salgo al patio, donde el chófer me espera con el mismo auto en el que nos había llevado el primer día a la escuela.

Entro rápidamente y pongo mi mochila en mi regazo. Giro la cabeza y no veo a Blake por ningún lado. ¿Dónde está?

— Podrías decirme donde está mi hermano... ¿por favor? — Le pregunto amablemente al chofer que ya estaba conduciendo hacia la escuela.

The Secret Door (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora