Primer día de clase. Primer día de carcel. Vilma me había despertado una hora antes de lo que usualmente lo hacía.
- A levantarse señorita Kaitlyn. Hoy es su primer día - Vilma me destapa dejandome sentir el frío ya que el aire acondicionado estaba prendido.
- No me lo recuerde - Me tapo la cara con la almohada y hecho una maldición. No soy una chica muy inteligente, los deportes me dan mal y no hago amigos fácilmente. Si es que tengo amigos, es porque ellos se acercan a hablar a mi, no yo a ellos.
Escucho los pasos de Vilma alejarse. Vino ella por una simple razón: Eugene trata de evitarme. Seguro se dió cuenta de que lo de ayer (la perfecta actuación de Blake), pero no sabe que en lo que grabé solo se escuchan sonidos distintos de los números. Pero no puedo identificarlos.
Me paré y cerré la puerta con llave. Me puse el aburrido uniforme blanco y gris del colegio. Me quedaba algo grande, pero con tal de que sea cómodo está bien. Nadie se va a fijar en la chica nueva que viene de otro país.
Cuando ya estaba lista, me peiné e hice una trenza a lo Katniss Everdeen a mi costado.
Bajé y desayuné lo más rápido que pude, ya que mi mamá me apuraba diciendo "Llegaras tarde" o "Apúrate, tortuga"
Salimos de la casa y ahí estaba nuestro chofer, el que nos trajo aquí el primer día. Era una lamborgini negra, en muy buen estado y con las ventanas polarizadas. Por suerte no era como el primer día, una limosina. No quería que mis nuevos compañeros me vean como la típica chica rica y caprichosa. Aunque ese auto en un malcrio total, para mi.
(...)
No tardamos mucho en llegar. Le sugerí a mamá que Blake y yo podíamos ir en bicicleta para ahorrarles el tiempo, pero dijo que no y que no era seguro.
Bajé del auto y contemplé la escuela. Era grande y linda, estaba llena de estudiantes. Caminé hacia la entrada, muy despacio procurando no caerme. En el patio de afuera habían chicas con polleras cortas y uniformes rojos y blancos. Las porristas. Ellas estaban platicando y riendo, pero aunque luzcan muy amigables, no me gustaría ser parte de ellas.
También habian chicos con gafas y aparatos. El pelo lo tenían para atras con mucho gel y jugaban al ajedrez. Y por otro lado estaban algunos jugadores de fútbol pasandose la pelota con la mano.
Entré por fin al colegio. Habían casilleros color rojo y blanco por las paredes. El pasillo principal estaba lleno de estudiantes. Algunos hablando, y otros sacando y dejando libros en el casillero. Veo a mi lado y me percato de que Blake sigue junto a mi.
- Blake, puedes irte. Tu salón está más al fondo - Le digo.
- Adiós - Suspira y se va. El tampoco está muy feliz con esto.
Quito la pesada mochila de mis hombros y saco el cuaderno en el que está anotado mi horario de clases y el número y código de mi casillero. Lo reviso pero no estoy muy concentrada por tanto escándalo. Me dirigo a mi casillero y le pongo el código. Lo abro y me saco la mochila y guardo todos los cuadernos. La primera clase que me toca es Matemáticas. Camino hacia adelante, y veo a una secretaria, me dirigo hacia ella y carraspeo. Ella levanta la vista.
- ¿Se te ofrece algo? - Dice amablemente, sonriendome.
- ¿Me podría decir en donde queda la sala de Matemáticas? - Digo algo tímida.
- Es en la sala B. - Dice y la miro confundida. Ella mira hacia la derecha y hago lo mismo. Ella le hace una señal de que se diriga hacia acá a un chico castaño. - Ryan, ¿podrías llevarla a la sala de Matemáticas? - Dijo refiriendose a mi. El chico asiente y me empuja levemente, indicandome el camino. Luego de pocos minutos ya nos encontrabamos delante de una puerta en la cual estaba escrita "Sala B" en letras grandes.
