Capítulo 2.

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Londres, Inglaterra

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Londres, Inglaterra.

0900 horas.

15 de enero del 2020.


Aiden.

Despierto gracias a los rayos del sol y unas suaves caricias en mi abdomen desnudo, siento unos labios suaves en mi cuello y escucho una respiración agitada.

Mantengo mis ojos cerrados para así disfrutar de las caricias.

Poco a poco me voy excitando más ya que las caricias se recorren hacia mi erección matutina.

-Buenos días aquí abajo,- Me dice Mackenzie con voz seductora mientras me masturba con su delicada mano- volteo los ojos -

-Deja de hablar y móntame quieres, -Le digo con voz ronca y burlona mientras la agarro por la cintura y la subo a mi regazo.

-Que mandoncito amaneciste hoy cariño, -dice haciendo movimientos circulares sobre mi pelvis y mi pene erecto, - provocándome-

-Pero así te gusto, -con un movimiento ágil la colocó debajo de mí y con una mano agarró sus dos brazos por encima de su cabeza mientras que con mis rodillas abro sus piernas, -Como también te gusta que te folle duro y sin contemplaciones, -con mi mano libre agarro mi pene y paseo la punta entre sus pliegues, -Que te provoque y que haga que te arda la garganta de gemir tanto mi nombre, -mordió su labio inferior en un intento de ahogar sus gemidos, no lo consiguió y gimió ruidosamente en cuanto metí un poco la punta, -O acaso miento, ¿mmh?, que te tiemblen las piernas y que cuando te levantes no puedas ni caminar de lo duro que te folle, -ella se remueve debajo de mí, sus caderas buscan mis movimientos, se lo que quiere, solo que me gusta que me desee hasta el punto en que ya no aguante y pierda los estribos.-

Dejo de jugar entre sus pliegues y me acerco a su cuello, reparto besos, mordidas y lamidas por todo él, mientras que con mi mano libre la masturbo, muevo lentamente dos dedos sobre su clítoris, ella no deja de gemir y jadear.

-Más rápido Aiden, por favor...... más, -jadea pidiendo que aumente la velocidad, y así lo hago, mis movimientos se aceleran mientras hago un camino de besos sobre su clavícula hasta llegar al canal entre sus pechos, -Aiden por ....¡Ah!.... por favor, -gime cuando llevé mi boca hasta uno de sus pechos y lo chupe y mordí levemente, pero lo suficientemente fuerte para que se estremeciera por completo.

-¿Por Favor que?, quiero que lo digas, -le digo mientras continúo succionando sus pechos y meto dos de mis dedos en su interior penetrándola.

-Por favor, te necesito dentro de mi...¡Aaah!, -gime ruidosamente cuando acelere las penetraciones, -....Hazme el amor Aiden, -jadea, lo que dijo me molestó un poco, ella sabe que yo no estoy para esas cosas, yo follo y a la que le guste bien y si no, no es la única.

-Yo no hago el amor Mackenzie, y lo sabes bien, -le digo tranquilo, pero la provoco disminuyendo la velocidad de las penetraciones de mis dedos en su interior.

La Guardia Negra © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora