Capítulo 8.

409 37 47
                                    

París, Francia

1100 horas

21 de enero

Valentina.

Odio a Nicholas.

Todo el vuelo o lo que duró despierto se la pasó molestándome, en el momento en el que por fin se durmió se me subió literalmente encima y cuando intentaba empujarlo se acurrucaba y pegaba mas a mi. No dormí nada.

Buen comienzo del día.

Dado que yo para todo el mundo público soy Isabella, tuve que ponerme gorra, lentes y todo lo que me pudiera cubrir para que nadie me reconociera y se armara un caos con la prensa.

Nos dirigimos a un fraccionamiento exclusivo en donde tengo una propiedad grande, tanto, que en ella cabemos todo el equipo y por si fuera poco es la más grande y lujosa de toda la privada.

Me gustan los lujos, no lo niego.

Después de unos veinte minutos me registré y entramos en dirección a la mansión.

Dado que en el fraccionamiento se encuentran personas con demasiado dinero, la discreción y privacidad es fundamental para todos, así que nunca hemos tenido problemas por eso, solo precauciones necesarias, aun así Hiro se encarga de la seguridad junto con Alek y tenemos seguridad de confianza e inclusive de La Guardia las veinticuatro horas, nadie pasa o se infiltra sin que ellos se enteren primero.

A lo lejos observo una mansión que casi siempre esta vacía y ahora tiene un par de autos estacionados, y lo se porque yo tengo que venir muy seguido a París dado que estoy en el top diez de empresarias parisinas más exitosas y millonarias de Europa según Forbes, aquí se supone que nací y aquí tengo la mayor concentración de negocios y acciones con distintas empresas, al igual que mi propio negocio de antros exclusivos, de aquí viene el dinero de la organización y va muy bien.

Cuando las camionetas frenan frente a la mansión bajamos y me doy cuenta de que la seguridad ya está presente, supongo que durante el vuelo Hiro dio aviso.

-Nunca me cansaré de venir aquí,- dice Daniel mientras carga unas maletas.

-Es....-

-Fabulosa.- Dai completa la frase de su gemela y entran corriendo a la casa.

-Oigan vengan a ayudar, no se hagan,- Grita Nick con seis maletas encima de él gracias a Alessandro.

-Yo opino que los hombres bajen y acomoden todo,- dice Audrey con una sonrisita mientras me ve con ojos de cachorro.

-Ja! ni creas, que Val va a caer en ese truco tan barato, ni permitir eso, verdad Val?,- me dice Hiro con una expresión insistente, dado que me quede unos segundos callada, todos los chicos quitaron las sonrisas de su rostro y se voltearon a verme con los ojos abiertos y expresiones preocupadas.- evite reírme y solo volví a dirigirme a Audrey,-

-No Audrey, no voy a caer en ese truco tan barato,- dije ganándome el suspiro aliviado de todos y continuar cargando cosas,- y dado a que yo no puedo permitir eso, te dejo la decisión a ti,- suelto las maletas de golpe mientras le guiño un ojo y mi sonrisa hace presencia, en ese momento Audrey comienza a reír por las caras de sorpresa que pusieron todos.

-Ya oyeron a la jefa señores, y mi decisión es que ustedes lo hagan solitos, suerte,- finaliza y me arrastra junto con ella al interior de la casa, solo alcanzamos a oír un montón de gritos y reclamos y nos volteamos a ver al mismo tiempo soltando carcajadas.

-Oigan que es el ruido de afuera y porque vienen tan sonrientes?,- pregunta Leiko seguida de Dai.

-Acaso Nick se cayó por la montaña de maletas que le puso Alessandro y nos lo perdimos,- dice con preocupación por pensar que se perdieron de esa desgracia que no sucedió preparándose para salir corriendo a lo que Audrey y yo nos apresuramos para tomarlas de los brazos y detenerlas.

La Guardia Negra © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora