Paciencia

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Mi entorno laboral cambió de manera significativa desde que Jackson dejó de arruinar las planeaciones de cada evento y se redujo su asistencia a fiestas desenfrenadas.

Me sorprendí de lo paciente que puedo llegar a ser para haber soportado tanta mierda de su parte aunque era obvio que jamás iba a dejarlo y siempre iba a cubrir su espalda.

Justo ahora estábamos en el último concierto de la gira mundial por su más reciente álbum Mirrors, fue un viaje agradable, Jackson me consintió en cada uno de nuestros momentos libres, fuimos a las playas de Ibiza, caminamos por las calles de Roma y Milán, tuvimos la suerte de vivir un October Fest en Alemania y aunque se que es un llorón miedoso nos lanzamos en paracaídas en Suiza, y eso sólo por mencionar algo, realmente habían sido más vacaciones que trabajo en sí.

—¡Muchas gracias Nueva York! —lo vi juntar sus manos para despedirse del público— seguiré trabajando duro para volver con mejor música y una mejor versión de Jackson Wang ¡Gracias!.

El bullicio de la gente invadió cada rincón del Madison Square Garden, parecía que fue ayer cuando éramos unos niños y lo alentaba a seguir sus sueños diciéndole que él podía lograr cualquier cosa que se propusiera lo cual es totalmente cierto.

—¿Te gustó? —me abrazo en cuanto llego al back stage.

—Lo hiciste increíble —respondí a su abrazo y bese su mejilla— ese solo de guitarra que improvisaste estuvo brutal.

Lo acompañe hasta su camerino para que se cambiará de ropa y así podernos retirar del teatro e ir al hotel. Yo ya había cumplido con mis deberes antes de que el concierto terminará para que cuando bajara Jackson no me viera con el teléfono pegado al rostro como en los viejos tiempos. Agradecí al staff una vez más por su excelente trabajo y salimos de ahí.

—¿Quieres ir a cenar a algún lado?.

—No —meneo su cabeza— me urge llegar al hotel —alzó sus cejas y me guiño un ojo.

Si, mi novio derrochaba más energía sexual que un actor porno lo cual era increíble aunque a estas alturas no sabía si agradecerle a Dios por semejante cosa lo que sí es que nunca iba a mencionar a ningún demonio no después de la aparición de Bell en nuestra casa de Oxnard.

Realmente nos costó algo de tiempo superar ese trauma pero al menos ya todo había vuelto a la normalidad, los cristales que Jackson había roto para liberarme del trance fueron reemplazados y redecoramos la casa como si eso cambiará el hecho de que un ángel demoníaco con rostro hermoso nos hubiera acosado.

—¿Sabes que no soy una muñeca sexual, verdad?.

—Se que eres mi fabulosa novia la cual ya casi no dice palabrotas y eso me hace sentir extraño.

—Desde que ya no me haces enojar se bloqueo mi boca de marinero —Solté una carcajada.

—Si me hubieras hecho caso la primera vez que te dije que te quería follar te pudiste haber evitado mucho estrés —se encogió de hombros.

Arrugue la nariz —Yo creo que hubiéramos terminado muy mal, ya te hubiera cortado los testículos por promiscuo.

—¿Me crees capaz de engañarte? —llevó la mano a su pecho y ahogo un suspiro.

—Años atrás lo hubieras hecho, sin duda alguna —sonreí— pero ahora ya no, así que el estrés valió la pena.

—Jamás lo hubiera hecho —pasó uno de sus brazos por sobre mis hombros y me acerco a él— eres lo único auténtico que tengo en mi vida y sin duda alguna eres lo que más amo, siempre ha sido así.

Bell and his seven deadly sins Donde viven las historias. Descúbrelo ahora