Tras su muerte tras usar esa técnica que le dio un gran poder.
Issei Hyoudou renacería en otro mundo como un ser conocido como fauno, pero no cualquiera, sino que un fauno único en su especie, un fauno dragón.
Adoptado por una pareja de fauno y hum...
Ya han pasado 8 meses desde que Issei llegó al pueblo de Kuroyuri.
En este tiempo se limitó a entrenar su semblanza para aumentar y resistencia que está requería, además de mantener el control de su aura que la verdad, al ser la representación de su alma, está era por mucho muy fuerte.
Nora a estado más alegre ya que al fin dejó de vivir en las calles y ahora tenía un hogar con Issei, además de tener a una gran amiga en Lia y una figura materna en An.
La mujer los trató bien, siendo que ella aunque no se mantenía mucho tiempo en la casa por su trabajo, ella siempre disfrutaba de pasar tiempo con los tres pequeños… aunque Issei no era un niño… mentalmente hablando.
El castaño le tomó un gusto a la mujer, era hermosa, cariñosa y alguien tranquila, claro, que cuando se molestaba se desataba el infierno, pero en su mayor parte era una buena mujer.
En todo caso, la vida de Issei en Kuroyuri era buena…
Pero como siempre, todo lo bueno siempre acaba.
-"Mierda, mierda, mierda, mierda…" - se repetía mentalmente Issei mientras estaba escondido junto con Lia y Nora debajo de una de las casas de la ciudad, ¿la razón?, pues… - "Maldito Grimm de mierda" - se quejo al ver al Grimm que atacó la ciudad de repente.
Ahí estaba, con apariencia mitad humanoide y mitad caballo, un Grimm jodidamente aterrador y peligroso, y eso Issei lo sabía.
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Esto pasó hace unas horas, todo estaba tranquilo en la mañana, todos hacían sus rutinas diarias e Issei había preparado el desayuno.
An no estaba puesto que salió a atender un asunto de cazadores a Mistral y dejó a Lia con ellos dos.
Así que Issei estaba a cargo de las dos niñas, como el más maduro de los tres.
Todo estaba normal, siendo que se puso a dibujar mientras las niñas jugaban con unos juguetes que Issei les compró.
Pero como dijo el hombre… nada puede malir sal, y todo se fue al carajo.
Fue rápido y no tuvo mucho tiempo para tomar medidas.
Así que lo primero que hizo, fue buscar un lugar alejado para proteger a las dos niñas y esperar a que esos Grimm se alejaran, en el peor de los casos, tendría que actuar de cebo para que ellas escapen.
-Ise, tengo miedo - dijo Nora aferrada fuertemente al brazo derecho de Issei.
Lia estaba aferrada al brazo izquierdo de Issei quien les sonreía esperando calmarlas un poco.
