Una luz brillando en la oscuridad

Parte sin título 5

UNA LUZ BRILLANDO EN LA OSCURIDAD

Capítulo 5

UNA LUZ BRILLANDO EN LA OSCURIDAD

Capítulo 5

El detective Sotomayor la recogió en la cafetería y la llevo a la casa de María.

Al llegar bajo a Balto y lo condujo dentro de la casa.

—María tengo que salir de la ciudad, Mañana no tienes que llevarlo a la estación. ¡Mañana tienes días libre campeón! Le dijo a Balto.

—Bueno señor, mañana nos quedamos aquí en casa, después de medio día voy a donde la señora Eugenia a trabajar.

—¿No vas a trabajar al condominio?

—No señor me despidió. María agacho la cabeza

—No te preocupes, María ya llevas cuidando a Balto Quince Días, yo lo veo muy bien, ha mejorado. Te voy a pagar. Cada quince días te voy a dar un sueldo.

María no hubiera querido aceptar, pero necesitaba el dinero. Pasaban los días y María iba perdiendo todo interés por el mundo exterior. El teniente llego de su viaje, María llevo a Balto hasta la estación de policía. Se marcho sin saludar al teniente, él estaba en reunión, a Balto lo recibió el policía que estaba de turno en portería. María fue hacia su casa, se sentó en el borde de la cama, lloro, su llanto era de soledad, de desconsuelo. Miro hacia atrás y busco entre sus recuerdos, no había un momento donde no estuviera con Nachito, cada momento era especial, quería volver a sentirse así, Miro sus manos, lloro, como pudo dejar que le arrebatara al único ser que la quería. María quería volver a abrazarlo, tenerlo cerca de su corazón. Se sentía tan sola. El mundo dejo de existir para ella. Ni cuando era niña cuando vivía con sus padres se sentía tan feliz. Fue a la cocina, busco un veneno que había comprado para matar cucarachas, roedores, toda clase de insectos, lo vertió en una tasa de leche y se fue hacia su cama, se lo tomo rápidamente tapándose la nariz con sus dedos pulgar e índice para no sentir el sabor. Se acostó en la cama le dieron ganas de vomitar, pero las contuvo, tenía retorcijones en el estómago. Sentía cólicos. pensó en Nachito, "el ya no está en este mundo, se me fue y yo no puedo estar sin él, no se vivir sin él". Sintió dolor de cabeza, fiebre, sentía que poco a poco su ser se iba esfumando de este mundo, el celular sonaba era Eugenia, no le contesto, primero no tenía ganas de hablar, cuando quiso contestar sus manos temblaban y no lo pudo contestar. Eugenia estaba preocupada por su amiga, fue a la casa de María, no le abrieron por la ventana le vio la mano colgando en la cama. Llamo al detective Sotomayor.

—Qué pena detective molestarlo, no sé a quién más llamar, María está en la cama como desmayada, me da miedo. Por favor ayúdela.

—Eugenia ya voy para allá, trate de abrir la puerta.

Sotomayor manejo hasta la casa de María. Eugenia ya había abierto, metió a un niño por la ventana y abrió la puerta. Eugenia la encontró fría desmayada en la cama. Llamo a emergencias. La ambulancia vino y la llevo al hospital, le indujeron al vómito y le hicieron un lavado en el estómago. María había ingerido veneno. Eugenia lloro,

—Pobre criatura, no sé porque el mundo le ha cobrado tan caro, que será lo que debe esta mujer a este mundo. Se lamento Eugenia

María se quedó interna en el hospital ocho días, Tenía mucho dolor abdominal, no hablaba con nadie, solo le reprochó a Eugenia el a verla salvado.

—Me hubieras dejado morir.

—Te irías al infierno, como te atreves a atentar contra tu vida.

—El infierno ya lo vivo en este mundo. Se dio media vuelta y no quiso hablar. Sotomayor la visito.

—¿María como estas? te traigo buenas noticias.

—Si. Dijo si mirarlo y sin ninguna emoción.

—Si, yo sé que la búsqueda de Nachito no avanza, ese lenta, pero mira encontramos una casa abandonada, allí hay prendas olvidadas de niños, la banda huyo porque se sintieron descubiertos. Cuando te sientas con ánimo vamos para haber si reconoces algo de Nachito.

María esto si le intereso. Cuando le dieron de alta, fua buscar al teniente Sotomayor.

Enci Silva