1. Cuando los recuerdos se hacen presentes

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Sentía que había pasado una eternidad desde que se había ido a trabajar a Japón, fueron unos largos cuatro años en una soledad llena de monotonía

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Sentía que había pasado una eternidad desde que se había ido a trabajar a Japón, fueron unos largos cuatro años en una soledad llena de monotonía.

Su familia lo había recibido cálidamente en el aeropuerto y creía que no había nada más hermoso que volver a ver a su gente después de tanto tiempo.

...Pues si, había algo más hermoso.

—...Ah, esa comida la había extrañado con toda mi alma, gracias mamá— Seokjin sobó la barriga, recostándose sobre el respaldo de su silla en aquel salón que era más grande de lo que recordaba, con tonos marrones y cálidos dorados. Su madre sonrió mientras limpiaba las comisuras de su boca con un pañuelo blanco y habló.

—Es un encanto tenerte de vuelta en casa, hijo. Cuéntame que tal tu viaje— Su madre le tendió un pañuelo a su padre mientras refunfuñaba entre dientes un "Límpiate la boca, marrano."

Seokjin rió levemente ante la escena.

—Es un lugar bellísimo, Narita es más lindo de lo que parece a pesar de ser pequeño. Conocí poca gente pero eso no me molesto...No me molesta estar solo.

Tomo un sorbo de vino y prosiguió.

—El trabajo estaba solo a una hora de donde me estaba quedando y donde me alojé era muy cómodo, el espacio perfecto para una persona. No me falto nada, solo ustedes— Finalizó sonriendo.

Su padre limpió su boca y habló.

—Es bueno tenerte de vuelta, Jin...¿Cuando te vas?

Seokjin parpadeó repetidas veces mientras la señora Kim observaba a su marido con la furia en sus ojos.

—¡Estas loco, acaba de llegar y ya lo estás echando!—Golpeó su cabeza con aquel baguette de sobre la mesa y Seokjin se paro para calmar a su madre.

—No, mamá...Esta bien— Tomó el pan y lo dejo en su lugar mientras masajeaba sus hombros. —Yo estoy irrumpiendo aquí, ustedes estaban solos y cómodos, claro que tengo que irme. Tan sólo déjenme buscar donde quedarme pero les aseguro que será rápido.

Camino hacía la puerta y frenó, dando vuelta sobre sus talones.

—Siendo tu primogénito y único hijo, me sorprende que no quieras pasar tiempo conmigo pero no te culpo, padre— Seokjin sonrió con algo de molestia hacía su padre y este se removió incómodo en su asiento. —Buenas noches, gracias por la comida.

Sonrió sin mostrar sus dientes y desapareció por la puerta, dejando a su madre a punto de gritarle a su padre. Subió las escaleras hacía su vieja habitación mientras revisaba mensajes en su celular. Le sorprendió ver que nada había cambiado de su hogar, las fotos seguían en su lugar y ningún mueble había sido movido o cambiado. Al entrar en su habitación, sintió una ráfaga de nostalgia invadir sus pulmones, los posters, libros, mangas y hasta sus figuras de acción seguían allí.

Make the rain stop | Jinsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora