EMPRESARIA Y MILITAR

Extra-2 (Son muy bonitos)

Samaira: ¿Sam cómo es eso de que te tatuaste? –preguntó mamá entrando a la cocina de repente, haciendo que me atragantara con mi desayuno

Sebas: de hecho, tiene 3 y los primeros 2 los tiene hace mucho –dijo mirándome con una sonrisa maliciosa y yo le lancé una naranja a la cabeza –oyee –se quejo

Sam: eso te pasa por chismoso –solté de mala gana, antes de mirar a mamá con mi cara de angelito –no te enojes mami, solo el de la espalda, es grande, además son muy bonitos –chille y ella me dio un zape –mamá –chille cuando todos comenzaron a reír, incluyendo a Connor –Maicol, Emma, Jack y Connor, también tienen –los acuse y ellos dejaron de reír –y también Abigail –agregue y ella me miro con los ojos abiertos, absolutamente todos le tienen miedo a mamá, incluyéndome

Samaira: se me ponen en una fila todos lo que tengan un tatuaje, si no quieren que los levantes de la oreja –dijo furiosa y yo me pare de un salto, erguida y asiendo el saludo militar, todos me imitaron, mas por miedo que por burlarse –sáquense la parte de arriba de su ropa, ahora –dijo y antes de siquiera pensar, mi blusa estaba volando por los aires, lanzada por mi

Samaira: Explícame este tatuaje Abigail Plummer –dijo señalando todo su costado izquierdo, que estaba cubierto por mariposas

Abigail: me gustan las mariposas –dijo en un carraspeo nervioso

Samaira: Maicol, Emma –dijo señalando sus pechos, en donde se encontraba el nombre de ambos unidos

Emma y Maicol: es un tatuaje de pareja –dijeron al mismo tiempo encogiéndose en sus lugares

Samaira: ¿Jack? –preguntó alzando una ceja

Jack: es la corona del Rey, Sam tiene la otra –dijo y el pobre lucia como si se fuera a ir corriendo en cualquier momento

Samaira: ¿Connor? –preguntó mamá

Connor: me lo hice por que me entere que ella tenía uno –señalo a Abigail –además es pequeño –se defendió y mamá le dio un zape tan fuerte que todos hicimos una mueca, excepto Caleb, el se burlaba de todos en silencio

Samaira: Samantha Adams –mi nombre salió de su boca con una lentitud y calma amenazante

Sam: Jack tiene la otra Corona –dije señalando mi muñeca

Samaira: ¿y ese? –preguntó señalando el que estaba un poco más debajo de mi seno

Sebas: se lo hizo en una borrachera –grito y yo lo miré mal, antes de mirar a mamá que suspiraba con pesadez y su rostro se veía mas que molesto

Sam: eso no fue lo único que paso esa noche, todos ellos se tiñeron el cabello –chillé señalando a todos los del pelotón para defenderme y Caleb dejo de sonreír de inmediato

Mamá se giro lentamente hacía todos los del pelotón y los repaso a todos, incluyéndome, con una mirada que daba más que miedo

Samaira: muéstrame el tercero –me ordeno y yo sonreí nerviosa, antes de girarme lentamente, para que viera el tatuaje en mi espalda, a si que baje un poco mi sostén para que se viera todo --¿Qué significa ese tatuaje Sam? –preguntó con voz seria

Sam: es... –mi voz salió aguda, a si que carraspee, antes de volver a hablar –es algo de Connor y yo –dije simplemente, en este momento no confiaba en mi temblorosa voz, y eso es por que mamá aún no sabe, todo lo que pase en la academia

Samiara: dime el significado Sam, espero algo que lo justifique o juro que te lo quitare yo misma con un cuchillo –dijo y juro que había perdido el color, se mejor que nadie que habla en serio

Me giré de nuevo y Connor sostuvo mi mano, en señal de apodo

Sam: cuando ingrese a la academia, sufría de depresión Crónica y problemas de autoestima, lo supe ocultar bien de todos, pero Connor se dio cuenta de que algo andaba mal, y como yo no le dije nada, convenció al tío Edward de que me llevara con un psicólogo –carraspee un poco, antes de seguir –allí fue que supe mi condición, el psicólogo dijo que era bueno, si siempre estaba acompañada por alguien, por que estaba comenzando a tener mentalidad suicida –me detuve un poco y Connor me dio un apretón en señal de apoyo, nadie sabía esto, absolutamente nadie, solo el tío Edward, Connor y yo –por eso Connor se pego a mi como una maldita sanguijuela que no me dejaba sola un segundo –brame y el me dio un codazo –ese era unos de los principales motivos por el cual pasábamos tanto tiempo juntos, bueno, yo le hice prometer al Tío Edward y Connor que no le dirían a nadie –dije jugando nerviosamente con los dedos de la mano de Connor –fueron años difíciles, al parecer todo era mas grave de lo que pensábamos, y tenía un trastorno por el secuestro que sufrí cuando pequeña, junto a Sabrina y bueno eso, el psicólogo y yo llegamos a la conclusión de que pasar tiempo con mis amigos me hacía bien y todo el royo, la cosa es que la flor es su flor favorita, además es como me llama, la mariposa por algo que me dijo y el infinito por que es igual al que él tiene –termine de hablar y todo se quedo en silencio unos minutos, yo no me atrevía a levantar la mirada

Mi cuerpo estaba tenso, y mi agarre en la mano de Connor era fuerte y brusco, creo que me falta poco para que le rompa los dedos, cerré fuerte mis ojos cuando escuché un sollozo de mamá, y solté a Connor para dirigirme a mi habitación, aún no supero todo, es difícil recordar todo eso, me encerré en el baño de mi habitación y me metí en la ducha abriendo con el agua abierta, estaba helada pero no me importó

Connor Pov:

Sam, salió de la cocina con el paso apurado, dejando a todos incrédulos, Maicol, tenía la cabeza gacha, pero se notaba que estaba tratando de contener las lágrimas, al igual que todos los chicos, en cambio las chicas lloraban entre sollozos

Connor: yo iré a calmarla –musite saliendo y dirigiéndome a la habitación de Sam --¿Sam? –pregunté tocando la puerta del baño, la conozco lo suficiente como para saber que tiene que estar bajo un caño de agua helada –tenemos que hablar abre la puerta –volví a tocar

Luego de unos minutos logré abrir la puerta con una pinza de Sam que encontré por la habitación

Entre, cerrando la puerta detrás de mi y me encontré a Sam con los ojos cerrados en la ducha, mientras agua helada caía sobre ella

Me apresure en tomar una toalla, cerrar la llave antes de envolverla a ella en la toalla y atraerla a mi pecho, mientras la sacaba de la ducha y nos sentaba a ambos en el suelo

Ella escondió su cara en mi cuello y se apretujo contra mí, parecía un cachorro indefenso