IX - Entrega.

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Mis ojos llenos de lágrimas transmitían miedo, tenía mucho miedo de lo que podía suceder. Muchas posibilidades pasaron por mi cabeza.

Tsk, deja de temblar y de mirarme así. Ya te lo dije, no voy a golpearte.

—¿P-por qué esto entonces?

Pregunté con miedo a su respuesta. Pronto dejó mostrar una hermosa sonrisa, terrorífica y parecía que no tenía buenas intenciones, pero era hermosa. Sus dientes y sus labios eran demasiados perfectos.

—Deja de mirar mis labios así, nerd pervertido.

Rápidamente me di cuenta de mis acciones y me sonroje, apartando mi mirada hacia el piso.

—Como dije... Necesito tu ayuda, para eso, quiero que te gires un momento.

Se alejó un poco de mí, mi tenso cuerpo por fin se relajó. No parecía haber peligro, al menos por el momento.
Sin hacerlo esperar mucho para no hacerlo enojar, le hice caso. Me giré mirando a la pared, aunque tenía curiosidad de qué quería.

—Buen chico... Quédate así.

Tragué duro un poco nervioso, no entendía muy bien que sucedía, así que giré un poco mi cabeza para espiar de reojo sus acciones. Su penetrante mirada estaba un poco más abajo de mi espalda, tal vez tenía alguna mancha o algo así. Tal vez quería ayudarme.
Noté como se acercó un poco, tomando mí ropa levantándola. Más curiosidad entró en mi por saber que rayos hacía.

—¿Q-qué haces?

Sabía que sus intenciones no eran tan buenas como pensé.

—Pues miro tu trasero, ¿no es obvio? Es muy sexy por cierto... Nunca lo noté, uh.

—¡¿Q-qué?!

Abrí mis ojos como platos, totalmente sorprendido por sus palabras. Rápidamente me giré tapando mi trasero con mis manos y apoyándome en la pared de nuevo.

—Como dije, necesito tu ayuda... Tengo algunas dudas respecto a mí, no tengo porqué decirte cuales. Por eso... Quiero intentar algo.

Sus peligrosos pasos se acercaron más a mi de nuevo, cortando casi toda la distancia. Una de sus manos se posó al lado de mi cabeza, practicando el kabedon. Observé como su lengua delineaba sus dientes, como un león observando a su presa. Yo era la presa, acorralado y a punto de morir.

—K-Katsuki... N-no bromees con esto. S-sabes lo... L-lo que siento por ti.

Había comprendido muy bien la situación. Si sentía miedo, ahora sentía terror.
Sus manos atraparon mi cintura con suavidad, su mirada ahora se tornó seria.

—No es una broma, inútil. Ahora sólo déjate llevar.

Sin duda era lo que temía, sus palabras fueron acompañadas por sus manos las cuales se introducían debajo de mí ropa. No había reaccionado hasta que rozó mis pezones, era una sensación nueva que nunca había sentido antes. Incluso sentí un escalofrío recorrer mi columna.

—¡E-Espera! E-esto está mal... S-soy virgen Katsuki. No puedo h-hacer esto.

Mis mejillas ardían de vergüenza. Mis manos se pusieron en el pecho de Katsuki, tratando de alejarlo. No sabía que más hacer, realmente él me gustaba, pero era completamente virgen y no me sentía listo para dejar de serlo.

Bad Boy ⎜⎜ ᴷᵃᵗˢᵘᴰᵉᵏᵘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora