Boris salió por la puerta principal para cerrarla detrás de sí, Eleonora escucho el motor de auto de Boris alejarse, quedó sumergida en un silencio que arañaba sus oídos, salió de la casa con rapidez, al salir escuchó el canto de algunos pájaros y ruidos de autos a lo lejos. Dejó salir un suspiro desde lo profundo de su pecho aliviada por haberse soltado del silencio.
—Joder que alivio... —comenzó a caminar para salir de un círculo de piedras que rodeaba y protegía la casa.
—Bien es hora de trabajar— apretó sus puños haciendo tronar sus nudillos y atravesó el círculo de piedras, casi de inmediato unas pequeñas criaturillas de no más de 10 cm con enormes gorros cónicos que solo dejaban ver sus diminutas y casi imperceptibles piernitas se acercaban a ella y la rodeaban.
Bien, bien — Comenzó a buscar en los bolsillos de su pantalón mientras las pequeñas criaturas de colores apagados se arremolinaban a sus pies —Paciencia señores, no me voy a ir.
La mujer sacó unos sobres de azúcar de su bolsa y los abrió regando el azúcar en el suelo. Las pequeñas criaturas dejaron a Eleonora para ponerse a levantar el azúcar que estaba regada.
—Que lindos son— Se puso en cuclillas para colocar su mano en el suelo y casi de inmediato uno de los conitos se acercó y se subió a su mano— ¡Eres tan hermoso! —Daba un pequeño grito fascinada por aquella "criatura" tan pequeña y adorable sobre su mano —Shu es hora de irte— sacudió un poco la mano y el pequeño conito bajo de su mano y se reunió con los demás.
Eleonora entró al lobby para dirigirse a su pequeña oficina y revisar algunos papeles; el día parecía algo tranquilo a pesar de ser el inicio de las vacaciones.
Salió de su oficina con algunos papeles en mano y se dirigió con una mujer rellenita, de tez morena y de cabello castaño chino amarrado en una trenza larga.
— ¿Margarita, sabes si Keiris ya llegó? Él se tenía que encargar de la barra de bebidas.
La mujer de talla grande se dio la media vuelta con una enorme sonrisa amable —Tendrá como diez minutos que llego, ya ha de haber empezado.
Eleonora asintió con la cabeza y se quedó al lado de Margarita revisando con tranquilidad algunos papeles.
Una figura alargada se movía sigilosa y se hacía presente en el lobby. Eleonora observó movimiento por el rabillo del ojo y su frente se llenó de pequeñas gotas de sudor al ver lo que se estaba arrastrando por el lobby. Una "cosa" parecida a un gusano de tres metros de largo por uno de alto con un solo ojo y piel morada azulosa se arrastraba por el vestíbulo mientras observa todo y a todos.
—Margarita... —Pasó saliva algo nerviosa.
Margarita volteó mirando a su superior.
- ¿Mande? - La mujer se puso un poco seria al ver a Eleonora algo nerviosa.
Eleonora señaló en la dirección donde estaba aquel enorme gusano con un solo ojo. —¿Qué vez ahí?
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Fuego de tres reyes
ParanormalEleonora y Boris se verán forzados a dejar de lado la vida tranquila que han llevado administrando un hotel y regresar a ser los cazadores de bestias que eran, todo gracias a una niña que las bestias infernales pueden usar para ingresar al mundo hum...