¿Con que los alimentas?

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Al salir del círculo protector que rodeaba la casa, las pequeñas criaturas con enormes gorros cónicos rodearon Eleonora y a Boris mientras hacían pequeños chillidos para llamar la atención de Eleonora. Boris volteó a ver a su compañera con una enorme sonrisa, el rostro de la mujer adquirió un tono rojizo y desvió rápidamente la mirada a otra parte.

—Parece que alguien ha estado alimentando a estos pequeñuelos— Sonrió para después agacharse y levantar a un par de aquellas pequeñas criaturas y colocándolas en su regazo mientras estas hacían ruidos, que sonaban casi felices — ¿Qué les das? ¿Alpiste? —Boris río un poco

Eleonora sonrió un poco mientras el rubor de sus mejillas se desvanecía y su voz se enternecía —Les doy azúcar, rompo dos sobrecitos, riego el azúcar en el suelo, luego ellos la levantan y la comen...Bueno, creo que se la comen... —Su voz se endureció de nuevo— Bueno, de cualquier forma son tiernos

—Los mimas muchos mujer, devoraran tu alma lentamente... o solo te seguirán mientras hacen esos soniditos de orco chiquito.

Los "conitos" se bajaban del regazo de Boris usando solo sus diminutas piernas, mientras este estaba distraído platicando con su compañera.

— De cualquier forma no es que les fuera a dar diabetes o se desnutran, si solo les doy azúcar nada más... ¿Verdad? — decía mientras metía las manos en sus bolsillos rebuscando.

— No creo que a los pedazos de emociones a los que llamamos "conitos" se desnutran...

Eleonora sacó dos sobres de azúcar para después romperlos y regar el azúcar por todo el lugar —Me hacen sentir contenta...casi...feliz...—La palabra feliz salía lentamente de la garganta de Eleonora, como si la lastimara.

—Es bueno que exprese lo que sientes con más palabras y no solo con monosílabos como hace unos... ¿10 años?

Eleonora empezó a empujar la silla de Boris mientras disfrutaba del aire salado y la compañía de su compañero.

—Me hubiera gustado que me acompañaras a una misión de investigación, eran muy interesantes, siempre conocía mucha gente...

La mujer interrumpió a Boris mientras seguía empujando la silla rumbo al hotel.

— Las personas nuevas me ponían muy nerviosa y no me gusta el papeleo.

—Es algo gracioso ¿Sabes? Ya que, ahora atiendes un hotel, donde hay mucha gente que no conoces y papeleo

—Es un poco divertido y contradictorio, pero no podía dejar que el hotel quebrara en su primer año

—Dijiste que ya no hablarías de eso—La voz de Boris trataba de sonar triste mientras una carcajada se queda atorada

Eleonora entro al hotel para empezar a atravesarlo y llegar a la playa.

Fuego de tres reyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora