Dando Malas Noticias.

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En un típico día en la familia Son, Bardock se encontraba tranquilo tomando una siesta en el sofá de la sala. Nada podía perturbar su tranquilidad. Todo era propicio para una tarde tranquila. A no ser que, en ese momento, Black entre a la sala, acercándose a Bardock, con clara intención de decirle algo.

—Padre —anunció Black.

—Dime —contestó Bardock, sin abrir los ojos.

—Hay algo que quiero decirte.

—¿Qué cosa?

—Pero esto es importante, ¿podrías sentarte? —solicitó Black, Bardock abre los ojos, observando a su hijo un momento, se le notaba en la cara esto era importante, por lo que procede a sentarse.

—Bien, te escucho —dijo Bardock.

—¿Recuerdas que junto a Turles y Goku fuimos a una fiesta el sábado? —preguntó Black, a lo que Bardock asintió, recordó lo mucho que les costó a los hermanos convencer a su madre de ir—. Bueno, cuando ya estábamos regresando. Chocamos el auto.

—¡¿Qué?! —exclamó Bardock, así que esa era la razón por la que no querían que viera el auto cuando llegaron, y por qué no lo encontró cuando fue a trabajar—. ¿Me chocaron el auto?

—Bueno, hay más —Black se detuvo un segundo, quería ver que decía su padre, pero éste sólo lo miraba, así que decidió seguir—. También cuando volvíamos, atropellamos a alguien.

En ese momento Bardock quedó de piedra. Si no fuera suficiente con le chocaran el auto, ahora también atropellaron a alguien.

—Pero no te preocupes, va a estar bien —dijo rápidamente Black, tranquilizando un poco a Bardock—. Pero Turles ese día tomó demasiado, y molestó a un policía, y este lo golpeó, y casi lo arresta.

Bardock ya estaba empezando a considerar la idea de llevar a sus hijos a un psicólogo. No puede ser que en una noche hayan hecho tantas tonterías, sino es que los mata primero.

—Y esta es la más importante —al notar el nerviosismo tanto en la cara como en la voz de su hijo, Bardock puso atención, y aunque no lo quería admitir, tenía un poco de miedo—. Embaracé a Caulifla.

Esa fue la gota que derramó el vaso para Bardock. Talvez, y con mucha suerte se las podía perdonar todo lo anterior, pero esto, claramente no estaba en los planes de nadie, ni siquiera de Black, quién sintió un miedo indescriptible al ver la cara llena de ira de su padre, y el cómo éste rápidamente saltó para intentar matarlo ahí mismo, y no le quedó de otra que correr. Lo último que se vio, fue como Black corría de la ira de su padre por todas las calles, teniendo en mente para la próxima, minimizar el impacto de las malas noticias, y con suerte, no morir.

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